29 de marzo de 2010

29 de marzo de 2010: más sobre el cambio climático. Entre la verdad científica y el negocio


En la edición de ayer de El País se recogía una noticia que vuelve a mostrar el inestable equilibrio que me trae de cabeza entre la descripción científica bien fundamentada del "calentamiento global" y el posible "cambio climático" y el negocio que lo reinterpreta, o mejor, lo sobreinterpreta para adaptarlo a sus conveniencias:

"Los errores han vuelto a ensombrecer un estudio de la ONU sobre calentamiento global. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha admitido fallos en un informe publicado en 2006 que alertaba sobre la contribución del consumo de carne al cambio climático. Según el informe, el ciclo de la carne -desde la tala de árboles para pastos hasta que el producto llega al mayorista, pasando por las emisiones de metano de las vacas- supone un 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, una contribución mayor al calentamiento que la de todo el sector transportes.

El organismo se ha visto ahora obligado a admitir que los datos del informe, que ha sido utilizado en sus campañas por los defensores de una dieta vegetariana (entre ellos el cuestionado presidente del IPCC, Rajenda Pachauri, y el ex Beatle Paul McCartney), adolecen de varios problemas. En especial, en lo que se refiere a la comparabilidad entre las emisiones procedentes del consumo de carne y las del sector transportes. Para llegar al 18%, la FAO agregó las emisiones de todas las fases del proceso de producción: la deforestación, el uso de fertilizantes o la fermentación entérica de los animales. Sin embargo, el 13% de emisiones del sector transportes sólo incluye la quema de combustibles fósiles. No es correcto afirmar, por tanto, que comer un kilo de vacuno equivale a viajar 250 kilómetros en coche, como hizo Pachauri en una conferencia en Londres en 2008 (las cursivas son mías)".

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ONU/admite/fallo/estudio/cambio/climatico/elpepisoc/20100328elpepisoc_13/Tes

Afortunadamente, contra los lobbys ideológico-económicos, pues como ya argumentó convicentemente Marx, el interés ideológico está estrechamente asociado al económico, todavía funciona el ánimo crítico de la comunidad científica: mientras la independencia de los científicos se mantenga en unos niveles suficientemente sólidos aun tendremos una defensa eficaz contra los viejos dogmas que adoptan nuevas formas y excusas.