29 de diciembre de 2013

El fantasma de Derrida (II)


No había discusión posible. Entre Foucault y Derrida, la escritura del primero ganaba por goleada. Por si fuera poco, además, Foucault murió en 1984 y uno recibió la noticia mientras tenía muy reciente, apenas hacía dos días que había acabado su lectura, el "vapuleo que propinó" (así hablábamos en aquellos años) a Noam Chomsky en el famoso debate de Eindhoven en 1971, lo cual no hizo más que agigantar su figura.

No sería hasta los últimos meses del tercer año cuando Derrida acabó compartiendo el centro de mi particular panteón con Foucault, Marx y un renovado Hegel. Fueron sobre todo la insistencia del entrañable Lluís Prat, un casi fanático admirador de Derrida que nos martirizaba con sus exposiciones vehementes sobre la escritura y la metafísica de la presencia, y dos sesiones de un seminario de doctorado que Francesc J. Fortuny dedicó a analizar y desmontar la frase foucaultiana "La historia continua es el correlato indispensable de la función fundadora del sujeto" muy en la línea del padre de la deconstrucción, las que empujaron su ascensión en mi mitología filosófica. Aunque durante muchos meses estuvo un peldaño por debajo de ellos, y no era ajeno a ello su "estilo", lo cierto es que empecé a tomar como modelo de mi "progreso" filosófico la comparación con la cronología derrideana: que si publicó a los 32 su primer trabajo, que si hasta los 37 no aparecieron sus tres primeros libros, que si sus primeros artículos fueron tal o cual... Era el metro donde medir el progreso de mi aprendizaje.

Cuando tras el largo paréntesis del servicio militar y el primer abandono de la Filosofía uno volvió en 1989 a ella, lo hizo de la mano, ya, de Derrida. Y lo hizo fantasmáticamente. Aprovechando un permiso de un mes justo antes de concluir las obligaciones para con la Armada, viajé a París acompañado de Rais y con el inesperado beneplácito del Almirante jefe de la zona del Mediterráneo. que no debía saber muy bien lo que firmaba...

Rais quería entrevistarse con Toni Negri. Uno no tenía otro objetivo que el de "buscar material" para una tesis aun no definida sobre el postestructuralismo. En realidad, iba a Paris a reencontrarme con la Filosofía y con cierta visión de su propia identidad.

Al tercer o cuarto día, por la mañana, visitamos l'Écoles des Hautes Études. Ibamos a inspeccionar la biblioteca y mientras esperábamos el ascensor apareció Derrida rodeado de varias personas. Vestía un elegante traje azul marino con una gabardina del mismo color. En una mano sostenía una pipa apagada y en la otra una cartera. Me llamó la atención la blancura de su pelo: parecía oxigenado artificialmente. Nos miró y siguió su camino. Impresionados por el encuentro, aunque ninguno de los dos éramos fieles seguidores de lo que llamábamos "la secta derrideana", resolvimos cerciorarnos de si impartía algún curso y aquella misma tarde estábamos sentados, a las siete, en una enorme aula con bastante público aunque no se podía decir que hubiera un "lleno hasta la bandera". Impartió una lección sobre "violencia" y "ley" a través de Benjamin que empezó prometiendo y nos acabó aburriendo un poco, la verdad sea dicha.

27 de diciembre de 2013

El fantasma de Derrida (I)


Durante el viaje a Valencia, como comenté, el espectro de Derrida me acompañó. La intensa y continua lectura de las casi setecientas páginas de la biografía de Benoît Peeters traducida al español por Gabriela Villalba hizo que Derrida fuera una presencia más viva que la de los poetas que quería conocer y a los que, finalmente, no vi. Fueron muchas horas seguidas al lado de cierto Derrida, de su fantasma como para que no estuviera, al final, más cerca de él que de cualquiera de los vivos incluído uno mismo. El francés estaría encantado de que su huella le sobreviva de esta manera, él que tanto sacrificó al "deseo testamentario":

"Mais alors, en revanche, dans mon anticipation de la mort, dans mon rapport à la mort à venir, dont je sais qu’elle m’annihilera et qu’elle m’anéantira totalement, il y a souterrainement le désir testamentaire, c’est-à-dire le désir que quelque chose survive, soit laissé, soit transmis – un héritage ou quelque chose à quoi je n’aspire pas, qui ne me reviendra pas, mais qui, peut-être, restera…" ("Dialogue entre Jacques Derrida, Philippe Lacoue-Labarthe et Jean-Luc Nancy").

De hecho, la sombra de Derrida, su fantasma, lleva muchos años acompañándome. Cuando uno empezó la carrera de Filosofía sólo sentía pasión por Marx, Hegel y Zubiri. Pero el segundo año, Francesc J. Fortuny, al cual está dedicado el poema "El club de los poetas muertos" de Las vidas de las imágenes, el único profesor que fue un auténtico maestro, nos llevó de la mano de Cicerón, Escoto Eriúgena y Ockham hasta el pensamiento francés. Y fueron Foucault y Deleuze, especialmente el primero, los que reemplazaron al de Jena y al vasco con rapidez. Hacia el final del curso también apareció, tímidamente, un tal Jacques Derrida que semejaba más grande aun que aquéllos pero por su grandeza parecía demasiado lejano. Mientras que la prosa de Foucault seducía con ferocidad, la de Derrida era menos brillante, más opaca. El primer texto suyo al que me acerqué (De la gramatología) no soportaba la comparación con el memorable comienzo de Las palabras y las cosas:

Mientras que Derrida escribía, "Este triple exergo no está sólo destinado a llamar la atención sobre el etnocentrismo que tuvo que dominar siempre y en todas partes, al concepto de escritura. Ni sólo sobre lo que denominaremos el logocentrismo: metafísica de la escritura fonética (por ejemplo del alfabeto) que no ha sido, fundamentalmente, otra cosa que -por razones enigmáticas, pero esenciales e inaccesibles para un simple relativismo histórico- el etnocentrismo más original y poderoso, actualmente en vías de imponerse en todo el planeta", Foucault optaba por "Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía—, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro."

24 de diciembre de 2013

Una persona de coraje cívico


Xavier describe, con mucho más rigor que la diatriba vitriólica que uno hizo en su momento, la gran contribución del señor Terricabras al pensamiento y la futura cultura política nacional de Catalunya: la teorización del "masoverisme" como principio regulador del funcionamiento de la administración y de "lo público" en general.

Su análisis es ejemplar y demoledor pero no son los desvaríos del tal Terricabras lo que le da a uno ahora un motivo de reflexión sino el "coraje" que siempre muestra Xavier. Hace años que nos conocemos y le tengo por un buen amigo: una amistad hecha de complicidades, lealtad, mucha lealtad y también de diferencias y reservas pero presidida, ante todo, por la sinceridad. Tiene uno pocos amigos de verdad. No es nada extraño. Como probablemente casi todo el mundo. Entre estos los hay tan honestos e íntegros como él y pienso por ejemplo en Robert Veciana y Flavio Felipe. Pero ninguno hace de lo que uno llamaría el "coraje cívico", el eje del ethos de su actuación de tal forma y con tal intensidad.

Xavier no guarda silencio ni mira hacia otro lado cuando "las cosas vienen mal dadas". Ni, por lo que uno sabe, en la época de la transición, ni antes, ni actualmente. Supera cualquier forma de cobardía civil sin entregarse por ello a la inconsciencia espontánea. Por ejemplo. Hace poco, en el seno de una institución en la que coincidimos, algunos miembros del sector secesionista más intransigente plantearon, abiertamente, la proscripción del castellano. Incluso varios secesionistas radicales presentes en el acto se quedaron perplejos pues no en vano el "bilingüísmo" casi perfecto de la mayoría de los catalanes ha sido motivo de orgullo para un amplio sector nacionalista y el recuerdo de la proscipción del catalán está todavía muy vivo entre ellos como para caer en la misma tentación fascistizante. Sin embargo, la voz que primero salió en defensa de la tolerancia y llamó a no identificar la prescripción del catalán como lengua preferente con la prohibición del castellano y a resistirse ante una propuesta de esta índole, fue la suya. Demostró, una vez más, un "coraje cívico" insobornable regido por el conocido lema: "la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero".

Al César lo que es del César y a Xavier lo que es de Xavier: es admirable su constante valentía en la defensa de los derechos.

P.S.: Como a uno no le gradan las notas hagiográficas, cabe decir que entre los mayores defectos de este hombre virtuoso está el creer que piensa la realidad mediante conceptos cuando en realidad lo hace, principalmente, a través de historias. Xavier se engaña. Antes que filósofo es un historiador y de esos que tanto criticábamos en nuestros años de marxismo-leninismo: los narradores. Su condición de filósofo es sobrevenida, secundaria. ¡Qué buen historiador se ha perdido por el vicio filosófico!

22 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (22/12/2013)


"La Vanguardia" publica hoy los resultados de un sondeo sobre la independencia que interpreta en estos términos:"Empate entre partidarios y contrarios a la independencia". Con algo más de detalle el sociólogo Jordi Sauret, responsable de la empresa que realiza la encuesta, escribe:

"La encuesta que hoy publica La Vanguardia pone de manifiesto la complejidad de la sociedad catalana, y cómo plantear un escenario de posible independencia permite realizar diversas lecturas con las mismas proyecciones. Una significativa minoría mayoritaria que hace unos meses protagonizó la "vía catalana", en el contexto actual votaría a favor de un Estado catalán independiente (en torno a 1.750.000 personas, lo que representa el 44,9% en una consulta con una participación estimada del 72%; es decir, con una abstención que se sitúa a niveles casi estructurales), y frente a este grupo rupturista habría otro 36,6% de catalanes (1.426.000 personas) que querrían mantener el statu quo.

Pero para llegar al 51% ambos grupos necesitan la complicidad del 18,5% que resta para completar esta puzle sociológico, de los cuales 394.000 personas dicen que irían a votar pero aun no han decidido la opción (10,1%), y otros 328.000 catalanes (el 8,42% de los que irían a votar) sí que desearían que Catalunya tuviera un reconocimiento de Estado, pero sin llegar a ser independiente (la opción sí-no).

Quien agregue este último colectivo a los independentistas podrá decir sin faltar a la verdad que el 53,3% de los catalanes quiere organizarse en "alguna forma de Estado" frente a un 36,6% que se opone frontalmente a ello. Pero también tendrá razón quien, con los mismos números, opine que los que explícitamente quieren la independencia (44,9%) y los que la rechazan (45,0%) forman dos bloques de igual magnitud, y la clave la tiene el 10,11% de indecisos."

Uno no ha podido resistirse a consultar el medio de comunicación en su versión electrónica esta vez. Cabe decir, en descargo, que ha sido provocado por la visión involuntaria de la edición en papel en manos de un anciano mientras paseaba más atento al cielo azul de Barcelona, atravesado por media docena de aviones en aquel momento que dejaban su trazo geométrico sobre él, que a otra cosa. Luego ha picado la curiosidad. "La Vanguardia" amaga y retrocede claramente y con ella, uno supone, un fargmento nada desdeñable de nacionalistas que apostaban por la secesión como estrategia para forzar un pacto fiscal. Se complica el panorama para los secsionistas...

20 de diciembre de 2013

A Mandela lo que es de Mandela y a Fidel lo que es de Fidel



Con ocasión de la muerte de Mandela, uno trató de dejar constancia del respeto por su figura. Hoy es momento de recordar que, en el proceso de liberación de la mayoría negra en Sudáfrica y como me recordó mi hermano, intervinieron de manera decisiva no sólo Mandela como líder y héroe de referencia y el conjunto de las organizaciones anti-apartheid, sino también alguien ahora denostado (probablemente no sin motivo) pero que para la lucha del ANC fue vital: Fidel Castro. Seguramente a ello se debió que su hermano Raúl fuera uno de los cinco únicos oradores en el funeral de Mandela.

La fuerza expedicionaria cubana que durante más de diez años combatió al ejército sudafricano y sus movimientos-pantalla en Angola primero y Namibia después (especialmente la UNITA de Jonás Savimbi), fue fundamental para el derrumbe del cinturón de seguridad que el régimen sudafricano había tendido a su alrededor desde hacía décadas con la complicidad de las diversas administraciones estadounidenses y, con ello, para su final claudicación.

Como reconoció el propio Mandela en 1991 al conmemorar en Cuba la batalla más importante que se libró en aquella larga guerra, la de Cuito Cuanavale, en la que las tropas caribeña derrotaron a las sudafricanas, "aquella impresionante derrota del ejército racista le dio a Angola la posibilidad de disfrutar de la paz y consolidar su soberanía. Le dio al pueblo de Namibia su independiencia, desmoralizó al régimen racista blanco de Pretoria e inspiró la lucha contra el apartheid dentro de Sudáfrica (…) . Sin la derrota en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones nunca hubieran sido legalizadas".

No es descabellado pensar que sin la decisión de Fidel Castro de enviar una Misión Militar en ayuda del Movimiento Popular para la Liberación de Angola en 1975 es probable que Mandela hubiera acabado sus días en la prisión de Robben Island. Su liberación no tuvo tanto que ver con la caída de la URSS como con lo sucedido en la década anterior. Al bloqueo del conflicto del Próximo Oriente puede uno remitirse para argumentar que el fin del imperio soviético no "liberó" de la tensión de la guerra fría los conflictos existentes y ayudó a encontrar soluciones pacíficas: armisticios, rendiciones, capitulaciones... Los racistas sudafricanos, sin la inmensa presión militar interior y exterior, difícilmente hubieran claudicado.

Un análisis de la casi siempre ecuánime BBC acerca del papel de las fuerzas cubanas en la lucha contra el apartheid, aquí.

La versión de Fidel Castro sobre la empresa militar cubana, publicada hace poco, aquí.

Y un relato pormenorizado de la intervención cubana y de la ayuda no sólo militar sino también formativa, económica y diplomática que prestó al ANC, aquí.

18 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (18/12/2013)


Y, al final, fecha y preguntas para el posible referéndum de autodeterminación. Una sonora bofetada para todos aquellos que perseveraban en su "no se atreverán" o "esto es una representación teatral" o "no van a ninguna parte" y sonreían ante el "choque de trenes". Pues ya lo tenemos a las puertas. Los secesionistas se han atrevido y aunque algunos de ellos, más de uno, tan sólo esperan perpetuarse en el poder mediante esta escenificación sin importarles mucho el destino final del tren, lo cierto es que el reto está lanzado. Durante la mano, en pleno juego, se ha lanzado el órdago: no antes, ni en las charlas informales entre mano y mano. Debería jugarse.

Tan sólo hubiera sido de agradecer que se hubiera impuesto la pregunta clara y sin dobleces de ERC. Con la doble pregunta y el más que previsible triunfo del SI a la primera pregunta y el probable del NO a la segunda, las élites nacionalistas y secesionistas tienen asegurada su cuota de mercado y de incremento de capital monetario y simbólico durante muchos años.

El semanario "El jueves" hizo una lectura humorística de las preguntas que contrastó con el espectáculo de la Televisión Nacional Catalana.

"Durante la tarde de ayer se hizo pública la batería de preguntas (en este caso, dos) que conformarán la próxima consulta sobre la independencia de Catalunya. El presidente Artur Mas ha elegido una pregunta clara, pero no tajante. Dejando, de forma un tanto indirecta, la puerta abierta a una bendición por parte del PSC. La pregunta, en realidad formada por dos preguntas en caso afirmativo de la primera, ha sido la siguiente:
Ref_original
No está mal, ¿no? Corta, bien escrita, no deja mucho al azar. Pero, como todos sabemos, en este país todos llevamos dentro un seleccionador de fútbol, un economista y un redactor de preguntas sobre referéndums. Así, al rato, todos los grupos que manejan el cotarro han querido aportar la suya. ¿Cuál fue el planteamiento de cada grupo para la pregunta del millón? En el Jueves lo hemos descubierto.
Por ejemplo, inicialmente CIU planteaba, en solitario, una pregunta más ajustada a su visión de la política catalana:
Ref_CIU
Por otro lado, el grupo mediático Intereconomía discrepa de CIU y plantea, entre espumarrajos rabiosos, la siguente pregunta:
Ref_intereconomía
O una nada disimulada ERC:
Ref_ERC
Por otro lado, aunque inclusiva, la pregunta de Mas no terminó de convencer al PSC, que cree ajustarse más a su situación con el siguiente planteamiento:
Ref_PSC
UPyD a lo suyo:
Ref_UPyD
Y, hasta quien agarra la sartén por el mango, no se anda con remilgos y quiere opinar. La misma Angela Merkel ha propuesto su pregunta para los catalanes:
Ref_Merkel
Y es que la independencia será el tema candente estas fiestas. Y hasta tu novia planteará su versión de la consulta durante una cena con amigos (ofreciendo grandes salidas al embrollo):
Ref_novia(2)
O el mismísimo Partido Popular, que aunque lo niegue, ha presentado su propuesta. Todo sea por entrar a matar en el tema, caldear el ambiente y, de paso, lavar los trapos sucios...
Ref_PP
Iniciativa per Catalunya-Verds, también, a lo suyo:
Ref_IU
Sin olvidarnos del siempre dialogante y conciliador Ejército Español:
Ref_ejército
Hasta el pueblo llano se moja con el tema. Incluso el yonki de mi barrio, con el que me he cruzado esta mañana:
Pero, quizás, la pregunta más adecuada fue la planteada en consenso por todos los poderes fácticos del país:partidos políticos, Gobierno, Banca y Patronal:
Ref_yonkiRef_poder2
Ya vemos que hay múltiples versiones, cada uno que elija la suya. Total, estamos en un país libre, ¿no?"

16 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (16/12/2013)

 

A. comparte, en una red social, un artículo aparecido en uno de los Blogs vinculados a "El confidencial" que supone, con acierto, no visito: la abstención terapéutica del contacto directo con, por ejemplo, mi querido y entrañable Vicent Partal, por supuesto se extiende a la prensa mesetaria sea en su versión montaraz sea en su versión federalista.

El artículo le parece interesante por las reflexiones del periodista catalán "Gaziel" que contiene. Mejor, porque la mención del autor es disuasoria para uno: José Antonio Zarzalejos el ex-secretario general de la Presidencia del Gobierno bajo Aznar y luego director de la FAES.

Leído, reafirmarse en el juicio acerca de Zarzalejos cuando se leen textos como éste parece inevitable:

"Quién podría afirmar que desde Cataluña estas palabras no volverían a escribirse si el proceso soberanista continua por los derroteros actuales? Nadie. Porque lo que se está viviendo allí -y aquí- no es algo radicalmente diferente a lo que se experimentó en 1931 con Macià y en 1934 con Companys. Gaziel calificó la intentona de 'desatino' y, como si de una reflexión de rabiosa actualidad se tratara, sostuvo en aquel diciembre de hace 79 años, que 'poquísimos pueblos en el mundo se habrán encontrado en circunstancias tan favorables, o habrán tenido una coyuntura tan propicia, para convertir en realidad sus ensueños políticos, como las de que gozó Cataluña, inesperadamente, en el seno de la hermandad hispánica, tras el cambio de régimen y la concesión del Estatuto de Autonomía'"

Más interesantes resultan, evidentemente, las observaciones de "Gaziel" sobre el intento de secesión de Companys en la década de los 30 que califica de “inverosímilmente barato” ya que “que solo se sublevó la Generalidad; el elemento gubernativo y oficial, por absurda que sea la cosa, y aún lo hizo verbalmente nada más, con discursos y bravatas, de modo que prácticamente, en realidad, sólo se sublevó una partícula infinitesimal, y la más inofensiva, del partido mayoritario".

De este juicio, Zarzalejos extrae sólo las forzadas similitudes y olvida las diferencias en beneficio de su convicción de que el secesionismo será, finalmente, un "bluff". Ahora bien, si no cabe duda de que la "rebelión secesionista" tiene un componente gubernativo y oficial nada desdeñable, también lo es que en los dos últimos 11 de septiembre cientos de miles de catalanes han respaldado en la calle las consignas de su gobierno. Seguramente, en números absolutos, sean menos de lo que parecen pero en términos relativos ejercen una hegemonía que no puede ser desdeñada y que, tarde o temprano, exigirá de los políticos españoles una actitud à la De Gaulle respecto a Argelia: plantear el problema como tal y establecer un marco claro de decisiones posibles.

Por otro lado, uno anota con perplejidad temerosa la actitud del "historiador" y hooligan del FC Barcelona Jaume Sobrequés ante las críticas al Simposio "España contra Catalunya" que organizó el Institut d'Estudis Catalans. Decir que el título se limita a exponer una "realidad objetiva" sobre la cual "no hay discusión posible" revela:

a) su catadura científica; y
b) su catadura moral.

Ya dije el otro día que todo se está volviendo muy desagradable por aquí últimamente...

P.S: Un feliz ejemplo de que en España también, como aquí, todavía hay algunas voces sensatas lo ofrece esta reflexión de Juan Tortosa: "El talibanismo español contra Cataluña"

15 de diciembre de 2013

Fracaso de una presentación


Entre aquellos que nos movemos en los arrabales del campo literario, la admisión de los "fiascos" en las presentaciones, algo más usual de lo que parece, se realiza en la privacidad cómplice del bar al amparo de la cerveza. No es de buen gusto reconocerlo abiertamente y menos en un cuaderno público aunque para esta multitud de outsiders que nos movemos en los barrios periféricos de la República de las Letras no debiera ser nada vergonzoso.

Con todo, a cierta edad, uno no está para cultivar el naricisismo y hay que reconocer que la excursión a Valencia para presentar Las vidas de las imágenes no fue, precisamente, un éxito. Primero, Viktor Gómez, indispuesto, no pudo venir. Fue una nueva ocasión perdida para encontrarnos: una especie de fatum aciago nos impide compartir un poco de tiempo juntos. Después, algunos poetas que esperaba conocer, especialmente Laura Giordani y Arturo Borra (incluso esperaba que el azar llegara a bendecir la aparición de Méndez Rubio), tampoco acudieron. Y, finalmente, hubo muy poco público en la presentación.

Afortunadamente, Miguel, el propietario de la Librería Primado, compensó buena parte del sentimiento de decepción con su atención y, posteriormente, su sinceridad y honestidad en una cena informal. Mas lo cierto es que me perdí una comida de jubilación del sindicato, un día entero con Esther y Clàudia así como la final de la Copa de Catalunya que disputaba Marc (la primera vez que falto a un partido suyo) por un acto fallido. De hecho, puede decirse que de mi viaje a Valencia lo que más recordaré, me temo, fueron las horas en compañía del fantasma de Derrida en la lectura de la monumental biografía de Benoìt Peeters que casi despaché entre el tren y la habitación del hotel. Tiempo habrá de rendir cuentas de esta experiencia especttral.

En fin... Lo que debe decirse debe ser dicho.

13 de diciembre de 2013

Para distraídos, amigos, benevolentes, ociosos, etc.


Esta noche en Valencia, en la Librería Primado, presentaré Las vidas de las imágenes en compañía de mi querido Viktor Gómez y, por supuesto, de quien no tenga a bien emplear su tiempo de viernes noche en otra cosa. El "acto" comenzará a las 19:30 y me precederá el poeta cubano Abel Dávila que presentará a su vez La flor extraviada. Gracias a Miguel por organizar el acto y a ver...

10 de diciembre de 2013

Micromundos educativos y más izquierda


Dentro de la vida de cualquier sistema educativo coexisten multitud de subsistemas muchas veces ocultos a las miradas. Por ejemplo, cada centro educativo, tomado como un sistema, esconde decenas de subsistemas que no salen a la superficie, que no son objeto de observación, más que en contadas ocasiones. Así, los micromundos integrantes del sistema "alumnos" siempre han acostumbrado a permanecer impermeables a la mirada de los observadores externos (expertos, profesores, políticos, padres...) como todos los que en algunos momentos formamos parte de él recordamos. Mas no es el único.

Sin embargo, como la progresía romántica ha querido que el eje de la escuela sea el alumno y no la transmisión del conocimiento, resulta especialmente lamentable su escasa penetración en la observación y comprensión del subsistema "alumnos" y aun peor sus soluciones cuando logran, por fin, detectar alguna disfunción. Un ejemplo.

En el centro X. de Barcelona, la alumna de 2º de ESO X. es sorprendida en los lavabos de chicas practicando una felación a un compañero de curso mientras tres más esperaban su turno. Fue esa anómala cola la que despertó las sospechas de la profesora de guardia. Interrogados los concurrentes resulta que desde comienzos de curso la citada alumna las practica, a la hora del patio, a sus compañeros "indiscriminadamente" podríamos decir. El equipo directivo, convenientemente asesorado psicopedagógicamente y en su mayoría ferviente seguidor de las tesis de la paleopedagogía progresista, acuerda convocar a la alumna y plantearle una "toma de conciencia" a través de la maravillosa pregunta "¿Y tú que obtienes de esta conducta?" tras citar a la madre que, como no podía ser de otra manera, descarga toda la responsabilidad en el centro educativo. Excluída cualquier medida punitiva respecto a madre, alumna o participantes, se ponen las esperanzas en el retorno al buen camino gracias a que se revierta la perversión inducida sistémicamente vía apelación "moral" (casi vaticana pero en versión "rabanilla" -roja por fuera, blanca por dentro, Harich dixit)

Desconozco el meollo de la argumentación utilizado por el equipo en cuestión pero sí el reusltado final de la benevolencia progresista hasta el momento: X. sigue practicando las felaciones indiscriminadas pero ahora a 1 euro.

8 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (08/12/2013)



¡Qué desagradable se está volviendo la vida en Catalunya!

¡Qué desagradable ver tantas banderas de España en la plaça Sant Jaume!

¡Qué desagradable oir, por una megafonía cutre, cómo suena el himno español ante la sede de la Generalitat!

¡Qué desagradable escuchar a los niñatos de las juventudes de ERC gritar "Visca Terra Lliure"!

¡Què desagradable tot plegat!

(A propósito del día de la Constitución) 

6 de diciembre de 2013

Mandela: "in memoriam"


"¿Por qué nos fuerza a la admiración?" se preguntaba Derrida. Uno todavía está ajustando cuentas con su figura y haciéndose esa pregunta entre otras. Uno de los motivos quizás lo proporcione el propio filósofo francés:

"Por lo tanto, en todos los sentidos del término, Mandela sigue siendo un hombre de ley. Siempre recurrió al derecho incluso cuando, en apariencia, necdesitó oponerse a tal o cual legalidad determinada e incluso cuando algunos jueces lo convirtieron, en un momento dado, en un fuera-de-la-ley" (Derrida, Psyché, cit. por Benoît Peters, Derrida, trad. de Gabriela Villablba, p452).

P.S: Deseaba utilizar algún texto del propioMandela pero en mi extensa biblioteca, donde todavía hay volúmenes de las Obras Completas de Lenin o Trotsky, por no hablar de las sagradas MEW (Marx Engels Werke), no hay ni una triste recopilación de discursos del político sudafricano. Lo dicho. Cuentas pendientes.



4 de diciembre de 2013

PISA


No es que a uno le parezcan irrelevantes los resultados de las pruebas PISA pero nunca le han parecido más que un indicador, entre otros muchos, a tener en cuenta a la hora de diseñar estrategias óptimas para la enseñanza en este país, sea cual sea. Esta vez no es una excepción. Sin embargo, aparte de subscribir casi al pie de la letra las reflexiones que hace el casi siempre lúcido Gregorio Luri en su cuaderno al respecto y el comunicado que, en nombre del sindicato, escribió Xavier, me gustaría anotar que el informe, en el caso de España, constata una clara correlación entre la clase social (o el poder adquisitivo o las variables socioeconómicas, llamémosle como queramos) y los resultados académicos: a mayor status mejores resultados.

Hace muchos años que se veía, a pie de calle, que el desballestamiento de la enseñanza pública que ha llevado a cabo la izquierda en este país con la LOGSE, no podía llevar a otro lugar. Lo denunciamos repetidamente y nos llamaron "reaccionarios" (!). Como tantas otras veces, los progresistas han hecho de tontos útiles o, peor, le han hecho el trabajo sucio, a los grupos que ejercen el dominio político y económico en nuestras sociedades asegurando el fin de la enseñanza como motor del ascenso social.

3 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (03/11/2013)


Una reflexión vitriólica, biliar, por la cual pido disculpas de antemano.

Recibe uno con disgusto la noticia de que parece que el señor Josep Maria Terricabras, autotitulado "filósofo", encabezará la lista de ERC para las elecciones al Parlamento Europeo. El profundo desprecio que me inspira semejante individuo, que cuando Catalunya sea un estado independiente estará llamado a disfrutar de cuotas de poder político y económico que, me temo, no utilizará precisamente con prudencia y mesura y no albergo al respecto apenas dudas, me hace dudar de la capacidad de ERC para conducir este país a una secesión exitosa.

ERC tiene en sus filas a algunos de los políticos mejor dotados para este proyecto: Bosch, Puigcercós, Ridao, incluso Junqueras. Asimismo, dio al padre del secesionismo contemporáneo, Carod-Rovira, cuyo impacto fue decisivo para el proceso que le ha conducido a la actual hegemonía gracias a la profunda renovación que realizó del discurso secesionista alejándolo de sus fundamentos románticos y etnicistas. Y, en su momento, a Heribert Barrera, que mantuvo un ascendente moral incuestionable ante el nacionalismo ramplón y paticorto de Convergència. Y eso, a pesar de sus bases, mayoritariamente etnicistas y románticas y dadas a la revuelta interna y el cainismo.

Ahora bien, es justo reconocer que si ERC está en el ámbito de mis preferencias muy por encima de los advenedizos Mas, Oriol Pujol, Francesc Homs y compañía, también ha dado especímenes que le hacen a uno apagar la televisión nada más verlos aparecer y no sólo por su fealdad,. Es el caso de Anna Simó, Marta Rovira o Joan Tardà. En fin. Oriol Junqueras, sinceramente, me parece más atractivo que este trío de adefesios pero sobre gustos aunque hay mucho escrito es difícil entrar en una argumentación pausada. En cualquier caso, a lo que iba, donde caben tres caben cuatro y ahora llega Terricabras que se coloca líder, por méritos propios, entre los productos menos lucidos de este partido y del que, ruego a Dios y a la moreneta, espero se deshagan pronto.

Su llegada ilustra el peso cada vez mayor que los grupos de productores culturales e intelectuales tienen en el actual movimiento pero de eso cabrá hablar largo y tendido otro día. Hoy sólo quisiera recordar que este sujeto fue uno de los redactores de los documentos provisionales del Pacte Nacional per l'Educació y que en su informe destacó por dos afirmaciones intelectualmente delictivas:

a) que los profesores debían ser seleccionados con criterios bien distintos a los actuales entre los cuales uno de los principales debía ser su "fiabilidad moral", así como suena, con todo el regustillo franquista y nazi que lleva; y

b) que los docentes no deberían ser funcionarios porque el funcionariado es una condición que pertenece al siglo XIX. Y, siento el ad hominem, lo dice quien lleva años y años viviendo de la "sopa boba" funcionarial que pretende hacer desaparecer... Clientelismo y "cesantías" no parecen ser conceptos que el señor en cuestión tuviera en mente...

Pero lo mejor vino cuando se entrevistó con uno de los miembros del Secretariado de nuestro sindicato. En una discusión intensa y no muy diplomática, harto de que le llevaran la contraria, dictaminó algo así como: "¡Es que lo que no podéis pretender es que partiendo de premisas falsas lleguéis a conclusiones verdaderas! ¡Eso no se puede hacer!". ¿Ah no? Dos mil años de lógica al garete...

Un "hurra" por el futuro que nos espera con el señor Terricabras a la cabeza de la delegación catalana en el Parlamento Europeo y, posteriormente, en el futuro estado catalán...

P.S: no confía uno demasiado en la intercesión de la moreneta pero abriga la esperanza de que la suerte de Terricabras como "pope" de la intelectualidad catalana sea breve al recordar cómo era objeto de risas y burlas por parte de sus colegas en las facultades de Filosofía de Barcelona. No tiene, precisamente, muchos admiradores en ellas... Algo nos queda porque algunos profesores de filosofía también están profundamente comprometidos con el proyecto y ya tienen, asimismo, algún cargo en cartera...

1 de diciembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (01/12/2013)


La apuesta secesionista resulta interesante desde muchos puntos de vista. Filosóficamente, la observación de los acontecimientos sociales siempre puede servir para avalar conjeturas sobre la conducta humana o bien para refutarlas.

Así, entre los aspectos que se ponen en juego en este envite a uno le atrae especialmente el que se refiere al papel de ciertas retóricas en las agregaciones y desagregaciones de grupos humanos. Simplificando, en este caso se trata de ver qué puede ser más efectiva en la generación, mantenimiento y reproducción de organizaciones sociales de cierto tamaño que, por analogía, podrían trasladarse a otras de dimensiones menores o mayores: la retórica del entusiasmo o la del miedo.

No es que se trate de que el resultado del referéndum de autodeterminación, o su celebración o su cancelación, nos sirvan como referencia para decantarnos por la posición de Hobbes o la de Rousseau y concluir que las sociedades humanas se fundamentan en el miedo o en el entusiasmo. "Miedo" y "entusiasmo" son nociones psicobiolológicas que se pueden aplicar a individuos. En términos de grupos o clases sociales parece difícil utilizarlas y menos aun abstraerlas y universalizarlas para grandes colectivos o para la "sociedad humana" en general.

Ahora bien, y siempre en concurrencia con otros muchos factores, los efectos que las retóricas del miedo o del entusiasmo tengan en la evolución de este caso pueden ser útiles para juzgar qué es más eficaz, siempre teniendo en cuenta el tamaño, la estratificación, la homogeneidad, etc. de la organización humana de la que se trate, para asegurar, por ejemplo, su consistencia y duración o bien para promover su aparición y cohesión.

29 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (29/11/2013)



Hace unos meses le pedí a F., una amiga que siempre ha profesado una inquebrantable fe secesionista, una reflexión sobre las posibilidades de realización del sueño independentista. Una vez enviada, la dejé reposar unos meses. Hoy la dejo por aquí. Puede observarse como el argumentario secesionista no se ha movido de las líneas maestras que F. recoge. Tampoco lo necesita, bien es cierto. Por ello los que todavía piensan que esto es una burbuja que se deshará en breve harían bien en reconsiderar su posición.


"Actualmente Cataluña está en crisis, más o menos como toda Europa, pero en Cataluña la situación es más grave porqué no depende de sus propios recursos, sino que tiene que esperar a que España se digne cederle aquellas partidas presupuestarias que previamente ha aportado al estado. Y ésta es una situación secular, Cataluña soportando económicamente a España. Esto se podía mantener en épocas de alta producción industrial y de bonanza económica, también funcionó en la era post-franquista, por la creencia mayoritaria de los catalanes que con su ayuda y concurso, España podría evolucionar hasta llegar a ser un pais europeo, posiblemente, con una estructura política federal.
Pero llega el momento en que la economía es catastrófica, Cataluña se ha cansado de batallar con los gobiernos españoles de turno, PSOE y PP, se ha dado cuenta de que España no evolucionará hacia un sistema político federal y por lo tanto no está dispuesta a continuar empobreciéndose, no quiere ahogarse con España, y mucho menos cuando parece claro que económicamente Cataluña fuera de España podría sobrevivir y prosperar.
La economía es la que marca los destinos de la humanidad, aquí no podría ser de otra manera. Cataluña que durante décadas ha funcionado más o menos (más bien menos que más) como entidad política y social autónoma, con estructuras que se asemejan a las de un estado (ha desarrollado políticas sociales, culturales, educativas, sanitarias, etc., autónomas, en ocasiones contrarias a las españolas) está ahora acosada por un estado que parece claramente decidido a volver a valores que muchos creíamos superados: unidad de España, recortes de derechos sociales, clientelismo ..., al mismo tiempo que le hunde la economía.
Si a lo anterior unimos la percepción secular de los catalanes de ser menospreciados, ridiculizados, vilipendiados por España, sin olvidar el giro ideológico de CIU, partido que ha pasado en tres años de propugnar y practicar el pacto, la ayuda fiel (interesada, eso sí) al gobierno español de turno, a exigir mediante confrontación que se respeten las singularidades catalanas, sobre todo que la financiación no dependa de la limosna externa, sino que el Govern pueda administrar los recursos catalanes, la conclusión es obvia: ya no es suficiente una autonomía para Cataluña, tampoco basta con ser una nación federada al estado español, un pacto fiscal es insuficiente, la única salida es la independencia de Cataluña, y ya se asumirán todos los riesgos que ello conlleva.

 
Pienso, además, que éste es un objetivo posible.
Después de las elecciones del pasado mes de noviembre, CIU escoge como compañero de viaje, dado que no consigue la mayoría absoluta tan deseada, a ERC que no dejará pasar la legislatura sin recorrer camino hacia la independencia de Cataluña, básicamente porque éste es su único punto fuerte (no defiende una política económica diferente a la de otros partidos auto-definidos como de izquierdas, no destaca por una visión política aguda, su única baza es la independencia).
Des de la toma de posesión del actual gobierno se van diseñando y llevando a la práctica políticas de secesión: constitución de un comité que dirigirá lo que llaman “la transición nacional”, hay contactos frecuentes con organismos europeos que, llegado el momento, pueden decantar la situación a favor o en contra de la independencia, se estudia cómo organizar la hacienda pública catalana, etc., todo ello, al menos de momento, con una gran paz social. Es cierto que el descontento de amplios sectores en Cataluña es alto, pero no se tiende a considerar al gobierno catalán como culpable de la situación: alta presión fiscal, desempleo, pérdida de poder adquisitivo, recortes de derechos, …, que son achacados frecuentemente a la mala fe del gobierno de Madrid.
Por otro lado, la independencia es bien vista por amplios sectores de la sociedad catalana, e incluso en aquellos que no les entusiasma la idea, tampoco es vista como una gran pérdida o como un peligro. Solo un grupo minoritario de catalanes percibiría como un cataclismo, una pérdida irreparable o una situación directamente trágica esta posible independencia.
Por lo tanto, la independencia de Cataluña, viable económicamente, socialmente, internacionalmente, va a ser una realidad en el corto plazo."

26 de noviembre de 2013

Consunción de la luz


Parece progresar hasta su consunción esta enfermedad de la luz que es el otoño y hay días en que alrededor parecen multiplicarse signos de final de los tiempos. Como si no hubieran finalizado ya muchas otras veces.

Será que la decadencia de la luz contagia al entendimiento o que de su debilidad extrae su vigor esa estupidez tan dominante que uno empieza a pensar que es más consustancial a la especie humana de lo que siempre había creído: francamente, cabe dudar que el estado de postración crítica sea único en la historia o fruto, exclusivamente, del refinamiento de las técnicas de dominación del capitalismo y no una inclinación del homo sapiens sapiens que en su existencia "histórica" se ha agudizado.

24 de noviembre de 2013

El prólogo que Carlos Piera escribió para "Del Tercer Reich"


Hace unas semanas, con ocasión de la salida a la venta de Las vidas de las imágenes, uno dejó por estos pagos el brillante prólogo que Antonio Orihuela escribió para la ocasión. Y al hacerlo pensó en todas aquellas personas (afortunadamente no demasiadas) que han dedicado algún tiempo de su vida, por escaso que sea, a escribir sobre los textos que uno ha puesto en circulación. Y lo cierto es que a muchos de ellos no se lo he agradecido suficientemente. Por ello, ahora, en este espacio abierto en la Comunidad desde hace unos años, tal vez sea un buen momento para dejarles constancia de mi agradecimiento y reproducir sus palabras no a mayor gloria del que escribe sino más bien a la de ellos.

Y empiezo por el principio, como no podía ser de otra manera. En 2002, la editorial Germania publicó mi primer texto poético, Del Tercer Reich. Había llegado hasta las manos de uno de los dos directores de la colección de poesía "Hoja por Ojo", Jorge Riechmann. El otro era José María Parreño. Le envié la primera versión de mi manuscrito a sugerencia de Carlos Piera, poeta y lingüista de extraordinaria calidez humana, con el que había contactado tres años antes para que participara en el tribunal que debía juzgar mi tesis doctoral. Cuando Riechmann me escribió para ofrecerme la publicación del libro convinimos en que nadie más indicado que el propio Carlos para escribir el prólogo. Se lo pedi, accedió sin poner obstáculo alguno y allí estuvo y ahora aquí está. Gracias Carlos.

"La poesía que no es narrativa detiene, en cierto modo, al tiempo. Y la lírica es, aunque también en cierto modo, cosa del que habla. Eso hace insólita la consideración del horror en poesía, donde lo considerado se hace tuyo y como eterno. Requiere mucho valor el acometerla, como aquí J. Jorge Sánchez, exponiéndose a la contaminación —una contaminación que negamos por, entre otros, el sistema de imaginar que el horror viene de unos seres (esos “autómatas” que “preferimos ver”) que no son en absoluto como nosotros. Puede que un lector apresurado interprete, visto valor, la “deuda” en una clave expiatoria y cristiana. Pero se equivocaría: no es lo menos perspicaz de este libro el dejar la “deuda” como flotando en el aire.

Reconocido, con todo, el valor, incluso sin hipocresía podría alguien rechazar el género apelando a lo mismo: deshistoriza, convierte en personal. Aquí entra, y es lo menos, la pericia del ensayista-poeta. Pues personal es la lírica mala, como la moral y la economía degradadas: será del que habla, pero el que habla no importa personalmente y menos que nadie a sí mismo. “Ese tú soy yo”, reversiblemente, y en eso mismo comparece lo realmente importante de la historia, que es el ser historia de algo que, en vista de “Auschwitz”, resulta estremecedor y necesario llamar la humanidad. Hay más. Y es que el horror es en en este caso una serie (¡infinita!) de prendas del horror absoluto, algo que, dice J. Jorge Sánchez, debe haber aunque no pueda haberlo. Entonces se agolpan los motivos de tratar de ello, aunque tampoco se pueda, en poesía. Es “un margen más allá del cual / el absurdo se vuelva nada” y en esa extremidad suya, por mucho que le acompañe un vértigo que sólo en él nace, ese “margen” central es como aquellas otras coordenadas imposibles en que la poesía se nos ha venido haciendo inevitable: la “naturaleza”, el “tiempo” o la “muerte”. Antes quizá que “una vara de medir”, son unos límites, unas condiciones de nuestra vida. Ser condición de algo implica que, de faltar, ese algo no es posible. Si no tenemos delante a “Auschwitz” no podemos ya estar realmente vivos: no es que no haya poesía después, es que no hay nada, y que por tanto nuestra “deuda” con las víctimas es tanto más inagotable cuanto que por ella existimos. ¿Cómo puede haber algo después de la aniquilación? Réplica: no estamos después.

Y ahora, en ese ahora debe penetrar el lector.

Carlos PIERA"


22 de noviembre de 2013

Escribe David Foster Wallace



"Porque no es que la televisión y la publicidad o los espectáculos populares hayan dejado de ser casi todos arte malo o arte de baja estofa, sino que simplemente se han impuesto a las psiques de nuestra generación durante tanto tiempo y con tanto poder que han empezado a tener relaciones complejas con nuestras ideas mismas del mundo y de nosotros mismos. Simplemente, no podemos 'identificarnos' con ese asco distanciado que siente el esteta de más edad hacia el espectáculo de masas y los gustos populares: puede que el asco sea el mismo, pero la distancia no" (En cuerpo y en lo otro, trad. de Javier Calvo, p55)

21 de noviembre de 2013

La Comunidad y la Verdad



Rais, en su cuaderno, realiza un apunte reflexivo interesante sobre la escritura digital y el problema de la verdad. Concluye que:


"Precisamente, la oposición verdadero-falso es fundamental en la escritura digital, ya que nunca fue tan fácil falsificar algo o repetirlo, sin embargo, en Internet se suele pensar que todo twitt es verdadero y que toda fuente de información es veraz. Los hoax nunca habían proliferado tanto. Este dominio de la verdad oculta, este poder de lo falso, esta capacidad de imponer narraciones falsas con facilidad, debe hacernos cambiar nuestra manera de leer y escribir, para liberarnos de esta concepción de la vida reduccionista y malintencionada. Pero no podemos volver a la escuela, allí aún no enseñan nada para este nuevo mundo. ¿Y nuestros hijos? Pues si antes se decía que la vida se aprendía en la calle, hoy afortunadamente, se hace en la calle de los videojuegos."

La duda que a uno le surge a renglón seguido del texto de Rais es si la escritura digital es una nueva forma de escritura, de naturaleza substancialmente diferente o, simplemente, una de tantas formas de inscripción sometidas a los principios que Derrida enunció hace unas décadas. Si fuera este el caso, el nuevo mundo que dibuja la escritura digital no sería tan nuevo y la manera de leer y escribir críticamente no habría que buscarla muy lejos: la tenemos a nuestra mano en la tradición de la filosofía occidental que desde Marx, Nietzsche y Freud llega hasta Derrida.

19 de noviembre de 2013

Eduardo Moga y Mº Jesús Silva



Por correo llegan dos buenas noticias: Eduardo Moga presenta en Barcelona su nuevo poemario, Insumisión, y mi querida Mº Jesús Silva hará lo propio en Mallorca y Madrid con su esperada primera publicación El desorden de noviembre.

Dejo ambos correos con las indicaciones pertinentes.

El de Eduardo:

"Queridos amigos: 

El próximo miércoles, 27 de noviembre, presentaré mi más reciente poemario, Insumisión, publicado por Vaso Roto, en La Central del Raval, en Barcelona. Será a las siete de la tarde, y me acompañará en el acto Jesús Aguado, poeta y traductor. Tenéis todos los datos en la tarjeta que os adjunto.

No hace falta que os diga que me encantaría veros. Ojalá podáis acompañarnos vosotros también.

Un fuerte abrazo.

Eduardo."
 
El de Mª Jesús:
 
"Buenos días
 
Me acaba de confirmar el editor que El desorden de noviembre, está en la calle y que la presentación será el día 28 de noviembre en Mallorca y el día 2 de diciembre en Madrid, en la librería Alberti, en la calle Tutor, 57, metro cercano, Argüelles o Moncloa.
 
Si os apetece y podéis, me encantaría que nos encontraramos allí, me gustaría teneros cerca.
 
Gracias
 
Un abrazo muy grande
 
María Jesús"
 
 

18 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (18/11/2013)


Uno ya ha dejado constancia en muchas ocasiones de su profunda antipatía hacia los nacionalismos y sus vertientes más extremas, los patriotismos. Se pueden aducir diversas justificaciones para explicar esta fobia: estéticas, éticas, filosóficas... Algunos encontrarían otras menos hermosas o razonables: desclasamiento, falta de raíces, falsa postura para huir del compromiso... Cuando no, lisa y llanamente, unionismo o secesionismo inveterados y ocultados.

De todo podría haber pero creo que el ejemplo que han ofrecido estos días Joan B. Cullà y Xavier Pericay (feroz secesionista el primero, irredento españolista el segundo) habla por sí solo y muestra porqué la equidistancia puede ser, al menos, una medicina para asegurar que nuestra salud mental no se deteriore aun más de lo que ya lo está ante la proliferación vírica que padecemos por estos lares.

Pericay escribe hoy en su Blog sobre un artículo de Cullà, con toda la razón:

"El pasado viernes, por ejemplo, defendía a los Mossos d’Esquadra. Natural. Hasta diría que me sorprendió lo mucho que había tardado en hacerlo. Culla ha sido siempre un hombre del régimen, lo mismo con Pujol que con Mas. Y en el interregno, cuando no mandaba ni el uno ni el otro, y dado que el régimen continuaba vigente, él seguía en sus trece, fustigando a todo aquel que osara entrometerse en sus destinos. Como hizo en su última filípica. La tesis del artículo es la habitual. ¿Qué habría ocurrido si en vez de tratarse de los Mossos se hubiera tratado de la Guardia Civil –entiéndase, si en vez de tratarse de Cataluña se hubiera tratado de España–? ¿Se habría armado la que se ha armado? ¿No fue acaso mucho peor lo sucedido en el cuartel de Intxaurrondo, en San Sebastián, hace más de treinta años, que lo sucedido a comienzos de octubre en el barrio del Raval de Barcelona, por muy grave y lamentable que esto resulte? Siendo así las cosas, ¿por qué nadie puso entonces en cuestión la legitimidad de la Guardia Civil –o de la Policía Nacional– como sí se ha puesto ahora la de los Mossos d’Esquadra?"

No le falta razón. Si uno lee directamente el artículo del señor Cullà, no podrà por menos que sentirse ligeramente escandalizado ante la defensa de lo indefendible y el escaso sentido crítico que destilan sus palabras: la fe secesionista le ciega.

El problema es cuando el señor Pericay, que ha acertado en su descripción de la conducta del señor Cullà, expone su argumentación contra las tesis de aquél:

"Pues, a mi modo de ver, porque así como la existencia de los Cuerpos de Seguridad del Estado es percibida como algo de todo punto necesario e inherente a la propia existencia del Estado, la de un cuerpo autonómico de nuevo cuño que ha venido a sustituir a esos Cuerpos que ya ejercían mal que bien la misma función, no. De ahí que no les pasen una. Añadan a lo anterior que en los últimos tiempos, tanto tripartitos como convergentes, las actuaciones de los Mossos han dejado mucho que desear. Por exceso de bondad o de maldad, da igual. O, si lo prefieren, por bisoñez, por carecer de experiencia y, en cambio, andar sobrados. Y luego, claro, está el contexto. No me refiero ahora a los informes de Miquel Sellarès, el inspector catalán de alcantarillas. Pienso en algo bastante más serio: en la confianza que pueden generar las actuaciones de un cuerpo policial sujeto a las directrices de un Gobierno que, aun formando parte del Estado –siendo Estado, en una palabra–, actúa como si no lo fuera y, lo que es peor, tratando de destruirlo".

Otro cegado. Saliendo del fuego para caer en las brasas. Si, señor Pericay: ése es el meollo del asunto. Sólo le falta decir que aquí se echa de menos a la Guardia Civil porque aquello sí que era abolengo y reciedumbre moral.

En fin. Ante magníficos ejemplos como los que nos ofrecen esta pareja benemérita contra sus respectivos corazones, ¿qué salida le queda a uno salvo huir en busca de lo máximamente universal aunque no exista más que como idea regulativa?

Irrespirable. Francamente irrespirable.

17 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (16/11/2013)


Via zapping y vía comentario de un amigo le llegan a uno dos nuevos ejemplos del peligro de que el entusiasmo se convierta en el principal motor del movimiento secesionista para el éxito de sus objetivos.

Por un lado, Oriol Junqueras, un político sensato - y uno de sus mejores activos - se descuelga con unas declaraciones en Bruselas que, de tan audaces, arriesgan más de lo necesario. La idea de una especie de "huelga nacional" o "parón nacional" da por supuesto que la consulta se celebrará, como sea, y que será ganada por el bando secesionista y que, entonces, ante la imposibilidad de constituir "inmediatamente" el nuevo estado, Catalunya deberá recurrir a este recurso extremo. Propuesta osada y brilllante pero que puede hacer descarrilar el éxito secesionista tanto antes, amedrentando a quienes pueden pasar del arrojo al miedo en pocos segundos, como después si el país se parte entre aquellos que secunden la huelga y aquellos que no que seguramente no se corresponderán con las posiciones expresadas en la consulta. Por otro lado, duda uno de que a los dirigentes de la Unión Europea les agrade escuchar semejante soflama.

Por otro, un politicastro de esos que gobernaron durante lustros estos pagos, Macià Alavedra, un autonomista adinerado y enfangado en más de un asunto que algunos calificarían como turbio, concluye en un foro de debate, al cual asistió en representación de CiU, que "la guerra ya ha estallado" (entre Catalunya y España). Esa retórica belicista de quien, durante años, respaldó la asociaciòn de Catalunya con España y obtuvo grandes réditos de ella resulta perversa y hasta pornográfica viniendo de quien viene. Mas es una nueva muestra de que el paroxismo entusiasta, alentado por los altavoces mediáticos, está tomando la delantera en el imaginario secesionista y arrastrando adhesiones incluso de personajes de dudosa catadura contagiados por la excitación colectiva.

Y con el entusiasmo llegó la Revolución, sí, pero también luego el Terror y la Restauración...

15 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (15/11/2013)


J. es un secesionista "histórico". Desde que lo conozco nunca ha ocultado sus ideas. Ni cuando los partidarios de la independencia de Catalunya eran prácticamente residuales. Es, también, una persona realista y pragmática poco dada a romanticismos. O así le parecía a uno que era hasta esta semana.

Hace unos días acudió a una entrevista con un diputado de un partido secesionista que una comisión, que ahora no viene al caso, había concertado. Preguntado el político acerca de cuándo creía él Que su partido dejaría de respaldar las restrictivas políticas presupuestarias afirmó, con la mayor demagogia y naturalidad (supongo, no estuve presente), que en "septiembre de 2014, cuando tengamos un estado nuevo". Uno de los miembros del grupo exclamó "pero si no teneis dinero para sostener la administración ¿cómo vais a pAgar un estado nuevo?" y, ante mi asombro, J. apostilla, críticamente, en su relato: "Se nota que no ha entendido nada". Perplejo releo la crónica. No hay duda. De las palabras de J. parece inferirse que él también cree que en septiembre de 2014 convocado (no se sabe cómo) el referéndum y, por supuesto, ganado (¿habrá suficiente con un 50,1%?), Catalunya tendrá dinero para crear las estructuras del nuevo estado: así, de un día para otro...

Es preocupante que el entusiasmo nuble a algunos secesionistas que siempre han hecho gala de un notable pragmatismo: aunque Catalunya se pronuncie a favor de la independencia, ¿alguien en su sano juicio cree que el proceso de negociación y secesión se hará en unas semanas y todos saldremos bien parados?

Y lo peor es que la Televisión Nacional Catalana alienta este entusiasmo que cifra para mañana mismo una secesión sin traumas y sin problemas, tras la que se nadará en la abundancia. Y lo hace con tanta insistencia que los secesionistas sensatos, que saben lo difícil que es el asunto, están siendo arrastrados por la corriente y empiezan a renunciar a la prudencia...

Es preocupante este entusiasmo. Tanto como el miedo. 


13 de noviembre de 2013

La lucha contra la autocensura


Hay una autocensura que no obedece únicamente a una forma de refracción de las coerciones externas sistémicas bien sea de clase, nación, sexo, edad u otras variables sociológicas que se puedan contemplar en la descripción y puedan ser atribuibles a un hipotético "exterior". Esta otra forma de autocensura es más bien "interior" y uno diría tiene que ver con la posición de cada cual en los campos en los que "juega" y dirime sus envites (Bourdieu).

Viene esto a cuento porque el otro día, zapeando, vi a Lluís Llach hablando acerca de Miquel Martí i Pol y no pude evitar pensar en que me recordaba a Forrest Gump hablando acerca de su "muy mejor amigo Bubba" en la película homónima de Robert Zemeckis. así lo comenté en casa e inmediatamente después de hacerlo pensé que no me atrevería a ponerlo por escrito. Una especie de incomodidad me asaltó en cuanto pensé en pasar de la chanza familiar al "papel"; en pasar de lo privado a lo público. Y las razones no estaban, ni mucho menos, vinculadas todas a la admiración que uno pueda sentir (o no, no es relevante) por Martí i Pol y, en menor medida, por Llach. Tenían que ver con lo que se suponía que se espera de uno y lo apropiado de su comportamiento: su "corrección".

La batalla contra la autocensura es mucho más complicada de lo que parece y tiene lugar, también, en ese espacio que denominamos, por comodidad, "interior". No es sólo una batalla fácil de gritos, pancartas y lemas contra el "sistema"...

11 de noviembre de 2013

Más sobre izquierda y educación


Es recurrente, en estas notas, la crítica a la concepción educativa que la izquierda realmente existente, los autodenominados "progresistas", los románticos del pleistoceno y los "profesionales de la revolución", es decir, la mayor parte del arco iris tradicionalmente incluido bajo el epígrafe "izquierda", proclama. No es para menos.

La izquierda, generalizando, quiere abrir la escuela al mundo, no cerrarla y considerar a padres y alumnos como usuarios del sistema educativo y, al tiempo, miembros de la "comunidad educativa" que debe regir el proceso de aprendizaje y transmisión de conocimientos que se supone todavía es la tarea fundamental de la institución escolar (aparte de la "formación de personas" o la "represión" carcelera à la Foucault...). El problema es que esta concepción es peligrosa para su buen funcionamiento, entendiendo por tal "bondad" la postulación de unas normas generales razonables y aptas, en principio, para su respeto por parte de "todos" los receptores de la comunicación educativa como condición para el cumplimiento de su objetivo. Y es peligrosa porque los efectos que está produciendo son precisamente los más adversos para los grupos sociales desfavorecidos que dice defender.

Esther me explica que el viernes, al final de la clase, uno de sus alumnos de segundo de ESO se acerca azorado e incómodo con su agenda abierta. Esther la toma y lee una anotación de su madre. La progenitora le escribe que quiere saber cómo va su hijo en Música y que la llame al móvil para explicárselo. La nota está precedida por otras dos dirigidas a otros dos docentes. Esther no se da por enterada: tiene más de doscientos alumnos y si tuviera que llamar a cada uno de los padres de esos doscientos alumnos una vez al mes o, peor, cuando el solicitante quiera para comunicarles cómo va su hijo, su jornada de trabajo se extendería más allá de cualquier límite aceptable para un trabajador, además del gasto en móvil... Máxime cuando hay un mecanismo establecido que, con sus defectos y límites, cumple esa función: para conocer al detalle la evolución del discente hay que ponerse en contacto con el tutor que "representa", por conocer su juicio, al colectivo docente en su función evaluadora. Con ello es suficiente. O debería serlo.

Pero lo peor no es esta actitud despótica de la usuaria que se cree con derecho a extender a su antojo la jornada laboral de un trabajador que cree a su servicio. Es su actitud fiscalizadora, consecuencia lógica del papel de usuaria y copropietaria del sistema educativo que le ha adjudicado el predominio del modelo educativo de la izquierda en este país desde la LOGSE: en otra de las notas, a la atención de un profesor de lenguas, la madre señala que ha llegado a su conocimiento que ha estado una semana de baja y exige saber la causa. Así como suena. Que la llame y le diga porqué ha estado una semana ausente. Ya no es un problema de protección de datos, de intimidad o de intromisión indebida. Es una colisión de derechos y una agresión al trabajador docente que el discurso educativo de la izquierda avala con la mayor de las imprudencias al insistir en el papel fundamental de los padres en el funcionamiento del sistema educativo.

9 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (09/11/2013)


En una comida, tras defender argumentadamente la conveniencia de realizar un referéndum de autodeterminación en Catalunya y ante la perplejidad de algunos de los comensales y sus contraargumentos centrados en la "regresión al infinito" que la noción de "comunidad" - no le gusta a uno usar los conceptos de "nación" o, peor todavía, "patria" - implica, como el derecho de autoderminación de les Terres de l'Ebre, de la Vall d'Aran o de l'Empordà, por ejemplo, me preguntan, capciosamente porque mi interlocutor cree conocer la respuesta por adelantado, acerca de si eso equivale a afirmar que votaría sí a la secesión de Catalunya.

Contesto que no lo he pensado. Lo cual no gusta a nadie, como no podía ser de otra manera. Añado que tampoco tengo claro si votaría y que, en todo caso, es muy probable que, salvo circunstancias excepcionales (la concreción de una amenaza "negra" a cualquiera de los dos lados del Ebro), mi voto no obedeciera a criterios políticos o ideológicos pues el asunto me parece, lo he dicho ya repetidamente, una cuestión menor que en modo alguno contribuye a paliar el sufrimiento de los seres humanos comparado, al menos, con el gasto de energías que precisa y que podría dedicarse a otros fines.

Así pues, si votara, creo que mi opción se orientaría por aspectos prácticos: qué elección garantizaría mejor el cobro de mi sueldo y mi jubilación o las posibilidades laborales de mis hijos, qué respuesta aseguraría la doble nacionalidad o el derecho a usar indistintamente el catalán y el castellano, por simple comodidad y cálculo de beneficios en ambos casos, etc. Cuestiones muy de corto alcance, de "perspectiva de ranas" (Ernst Bloch), ciertamente. Pero es que en esa perspectiva es donde nos sitúa cualquier nacionalismo: da igual si nos las habemos ante el opresor y el oprimido o el dominante y el emergente.

Mi respuesta no gustó a nadie. Todos buscaron mi "voto oculto". El resultado fue dispar. No hubo acuerdo entre si uno es un unionista, como correspondería a mis orígenes, o un secesionista, como correspondería a mi trayectoria posterior.

Afortunadamente, el tema no dio para más. Es lo que tiene la perspectiva de las ranas...

7 de noviembre de 2013

Escribe Cormac McCarthy


"¿Crees que tus padres están observando? ¿Que te pondrán en su libro mayor? ¿Con relación a qué? No hay libro ninguno y tus padres están muertos y enterrados." (La carretera, trad. de Luis Murillo Fort, p146)

4 de noviembre de 2013

Un poema de "Las vidas de las imágenes"



"LA LISTA DE SCHINDLER


Aunque ya hace unos minutos
que han abandonado la habitación,
en las paredes, las mesas
e incluso alrededor de la lámpara
todavía puede rastrearse el eco de las palabras de Ytzhak:
“Esta lista es el Bien Absoluto.
Más allá de sus márgenes se abre el abismo".

Desde los abismos mudos
del océano del horror
han ascendido, fugaces,
los signos que instituyen el bien.
Un islote ha emergido
del fluido originario
donde todo parece yacer
a merced de las corrientes
y sus incomprensibles rutas.
Apenas un peñasco
rodeado por las aguas y
batido por sus olas.

El bien ha advenido por medio del signo.
Sin esa marca, la violencia callada que estremece
lo envolvería todo.
Pero el signo, Ytzhak, es quebradizo,
cristal bohemio.
De ahí que sigas con la mirada inquieta,
aterrado ante el riesgo de su destrucción,
la lista que Herr Schindler guarda en la cartera.
Rezas para que no pierda la protección
del cuero hasta que salga de su lecho
para cumplir su cometido.

Es difícil decirte esto cuando se siente tu angustia.
Ojalá fuera posible callarse porque todo se hubiera dicho.

Pero Yitzhak,
esas letras apretadas,
sin otro atributo que la tinta de la máquina,
no son el bien absoluto.
Esos signos han dividido.
Al abrir han cerrado.
Al incluir han excluido.
Al hacer posible han imposibilitado.

Por todo lo que han dejado fuera son, también, el mal absoluto.

Si te acuerdas de los Feigenbaum,
que llegaron a ser inscritos,
después acuérdate de los que no pudieron
dejar su huella en los folios y lo entenderás.

Son el bien, sí,
pero un bien enturbiado
por la sombra del horror.

No olvides, Ytzhak, que
cuando alguien condena a un hombre
condena al mundo."

3 de noviembre de 2013

La recalcitrante pedagogía progresista


El mal que la orientación dominante en la reflexión sobre la educación de los llamados "progresistas" está haciendo a la causa de la transformación de las condiciones de vida de la sociedad actual no será, probablemente, valorada en su nefasta justa medida hasta de aquí a varias décadas. Para entonces el daño ya estará hecho. En cierto sentido, cada día uno empieza a tener más claro que la pedagogía progresista es a la educación poco más o menos lo que Adolf Hitler a la pintura o Karol Wojtyla a la Filosofía. El último ejemplo lo suministra Alberto Royo a propósito de la joyita de María Acaso rEDUvolutioN. Hacia la revolución en la educación (¡nada menos!).

Alberto ha diseccionado, mejor de lo que lo haría uno en cualquier circunstancia, la sarta de paparruchadas que la autora exhibe, con la más profunda ignorancia y beatería progresista, a partir de una entrevista que concedió hace poco. Ha tenido mucha paciencia, hay que reconocerlo. Uno hubiera tenido suficiente para lanzarla a la papelera si se hubiera topado de primeras con una frase tan propia de ese vicio progresista en el ámbito pedagógico consistente en acumular conceptos "desterritorializados" (¡Deleuze, pobre Deleuze!) sin el más mínimo cuidado por el sentido común y la lógica más elemental para urdir pretenciosos sofismas, como la siguiente: "[El profesor] debe saber coger conceptos y remixearlos, entendiendo como remixear el sistema de producción contemporánea. Eso no es copiar. Es relacionar. Y crear tu «playlist» de la clase" (¡y se queda tan pancha la señora después de semejante majadería!).

La paciente crítica de Alberto, que el artefacto en cuestión uno duda se merezca, aquí.

1 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (01/11/2013)


Atrincherado en mi dieta de medios de comunicación y protegiéndome de la marea de mistificaciones y engaños que saturan el escenario en el que se representa la tragicomedia de la política dominante en el estado español, siguen llegando con cuentagotas noticias que sólo acentúan el habitual pesimismo de uno.

Por una parte, según parece, el pasado octubre Francesc Homs, una de las "mentes pensantes" (menudo oxímoron!) que están tras el giro secesionista de ese mediocre político que es Artur Mas, reconocía que "estaba gestionando un proyecto condenado al fracaso". Uno no acaba de creérselo del todo: quiero decir, lo de que lo reconociera en público. En privado, ya hace meses que se oyen comentarios, entre los círculos próximos al poder, acerca de lo irresoluble de la situación y del previsible fracaso del órdago del president. Así, como suena. Siempre he creído que en la errática trayectoria política de los últimos años de este hombre se mezclaban la incompetencia y el pésimo asesoramiento. Sin embargo, que incluso algunos de sus imprudentes asesores reconozcan lo más evidente, los abultados errores de cálculo y lo desmesurado de las apuestas realizadas, es preocupante para los secesionistas. Afortunadamente, el varapalo que recibirá Convergència en las urnas será un postrer ejercicio de justicia poética siempre que ERC no caiga en la tentación de salvarla con una coalición: Mas y compañía no se merecen ese gesto y si el secesionismo quiere mantener su hegemonía y transformarla en un triunfo político mejor que su estrategia la oriente el partido que siempre la ha propugnado y no esa pandilla de advenedizos que nos están metiendo en un cul-de-sac.

Por otra, en Madrid, los políticos españoles de izquierda siguen sin entender qué está sucediendo por estos pagos. Que los socialistas consideren que el PSC es más un partido nacionalista que socialista es una señal de que su análisis es muy simplista y con él no pueden menos que dar alas a los secesionistas. El PSC, en todo caso, hace años que dejó de ser "socialista" pero no es, ahora, un partido "nacionalista" si por "nacionalismo" se entiende, única y exclusivamente, el "secesionismo". El PSC es un genuino partido "unionista". Nacionalista pero partidario de la unión, federal, con España. Y, como una gran parte de unionistas, está a favor de la celebración del referéndum de autodeterminación, pues hablemos claro de eso es de lo que se trata bajo el eufemismo del "dret a decidir", para zanjar el asunto de una vez por todas o al menos por varias generaciones. ¿Cómo? Pues votando contra la independencia. Así de simple. Y todos los unionistas que conozco, no los españolistas, opuestos al referéndum, es lo que pretenden.

El delirante choque de trenes prosigue a toda marcha y nadie se va a bajar...

P.S: Por cierto, anoche, zapeando, encuentro a Oriol Junqueras sometido a sitio por periodistas en La 1 de TVE. Sólo vi un rato porque los entrevistadores me ponían enfermo pero el dirigente de ERC estuvo impecable. Su frase "antes que independentistas, somos demócratas" fue un alarde de elegancia y tacto. Si aparte de él la mayoría del movimiento secesionista siguiera este principio a pies juntillas no habría de qué preocuparse...

30 de octubre de 2013

De una divisa patricia


Cuenta Jacinto Antón en su entretenida recopilación de artículos Héroes, aventureros y cobardes (Barcelona 2013) que la fachada de la casa que el conde Philipp von Boeselager, uno de los conspiradores del 20 de julio de 1944, tiene en Kreuzberg está presidida por el lema familiar "Etiam si omnes Ego no" ("Aunque los demás [lo hagan o consientan], yo no") (p302).

En estos tiempos a uno le gustaría poner en algún lugar de su propiedad esa divisa. Voy a buscar alguno suficientemente apropiado...

28 de octubre de 2013

"Esa guerra de la mente que vamos perdiendo"





Como uno prometió, aunque equivocándose de fecha, para celebrar que Las vidas de las imágenes llega hoy a las librerías, dejo aquí el estupendo prólogo que Antonio Orihuela escribió para el libro  allá por el año 2009. Gracias Antonio, de nuevo.

"Tienen los textos de J. Jorge Sánchez, como altas cualidades, una naturaleza desasosegante y una extraña potencia para movilizar la conciencia más allá de los buenos deseos sin consecuencias. Es la suya una poesía absolutamente necesaria en estos tiempos dominados por los discursos blandos y complacientes. Siempre he pensado que todos nuestros poemas deberían tener el tono de los de J. Jorge Sánchez, porque si la poesía no tiene que competir con trenes de alta velocidad ni con ofertas del 3 x 2, tampoco tendría por qué reproducir las modulaciones de onda con las que nos trabaja la conciencia, los deseos y, en fin, el cuerpo todo, eso que llaman mercadotecnia.
La creación artística sigue siendo necesaria, nadie lo pone en duda, pero al mismo tiempo que necesaria es, como recordaba André Gorz, incapaz de creer en ella misma. Este libro de J. Jorge Sánchez se acerca a esa esquizofrenia, constituye una gran bofetada a sí mismo y al resto de los que hemos hecho del arte una coartada para ahorrarnos la liberación real. Esa es mi impresión de este libro, que no quisiera ser un fin en sí mismo, que quisiera, y gran parte de la obra de J. Jorge Sánchez insiste también en ello, no ser una obra de arte, sino un documento que inquiere el estado de cosas real y que nos invita a tomar partido, a posicionarnos frente a una construcción de lo real que no nos pertenece, que acaso, en tanto que sujetos revolucionarios, estábamos llamados a construir pero que, ¡oh, paradojas! lejos de hacerlo, resulta que hemos sido nosotros los construidos por ella. Y de esto trata Las vidas de las imágenes, del desasosiego de quien comprende que nunca hemos hecho solo lo que queríamos hacer, sino sobre todo lo que los otros y las imágenes preexistentes en nuestro mundo han decidido que debíamos hacer.
Hubo un tiempo en el que las imágenes / habitaban el mundo de los hombres. / En esta época que nos ha tocado vivir / son los hombres quienes se alojan / en el mundo de las imágenes. Esta es la radical inversión en la que vivimos desde que el mercado descubrió que la ideología le servía tanto para el consumo de sus productos como para la producción de realidad y el control sobre la población.
Con ello, la producción de imágenes no solo pasó a ser un inmenso yacimiento para el trabajo postindustrial, sino que también comenzó a explorar sus terribles posibilidades para producir confusión, parálisis social y finalmente anomia, desde el socavamiento simbólico, la mezcla de diferentes planos de realidad y la neutralización de la disidencia.
Los mensajeros de los amos del mundo, / mercaderes y banqueros, / dejan la redacción. // Han cumplido su cometido: distribuir el suficiente estrés. / La carga de tensión necesaria / para que esos transformadores que somos, / en cada caso, nosotros mismos, / aceleremos la producción de ser. // Lo de menos es si Williams está cuerdo / o no. Si no lo estuviera, dirían que sí / porque el auténtico mensaje es el código mismo. / Su organización afilada, tirante, / destinada a provocar las descargas nerviosas / que precisa el mantenimiento del delirio general.
Con cuánta razón nuestros abuelos llamaban al telediario «el parte», rememorando, en realidad, aquellos partes de guerra que conocieron cuando apenas nacía la radio entre las clases populares en España y que, perdiendo este nombre, ha conservado intacto todo su potencial como auténtica máquina de guerra destinada no a informar, sino a generar el estrés suficiente, al ritmo de las marchas militares con que avisan de su puntual y cotidiana presencia, como para recargar las pilas exhaustas / de los esclavos en esta economía de guerra total: / las pilas consumidas de los ilusionados y los alucinados.
Es verdad, los media no sirven ni al entendimiento ni a la imaginación, no se hicieron para eso, sino para gestionar el pánico colectivo, provocar interferencias de imágenes y textos, y banalizar a ambas
como espectáculo que nos vive: Con la mayoría de nosotros casi no habla: / ya nos lo dijo todo. La cuestión, como explicó Humpty Dumpty a Alicia, no es si las palabras pueden significar muchas cosas diferentes, sino quién va a ser el dueño, eso es todo. Más allá de las palabras es necesario querer que nuestros actos desborden su intención, pues no otro es el precio de su realidad.
J. Jorge Sánchez hace diana cuando sitúa en La salida de la fábrica el origen de la espiral de silencio donde nos encontramos: Quienes salían no eran, únicamente, los obreros, también salían por aquellos haces de luz el poder dominante y sus intenciones no manifiestas, porque qué cierto es que el puro realismo es una burda estafa, otra manera de ocultar, no tanto por lo que aparece en los medios, sino por lo que desaparece y se oculta en ellos. Tal vez porque el enmascaramiento y la ocultación, el silenciamiento y la desaparición, sean la misión medular que tienen asignada los medios.
Sobre la producción de ruido mediático y la saturación de las retinas se extiende la espiral de silencio en la que nos miran las imágenes, en la que nos viven y con la que nos movilizan. La espiral genera un circuito que no puede ser más grave, nos condena a una regresión de las conciencias cuyas consecuencias presentes están engendrando los más peligrosos abismos de la irracionalidad humana y
social. J. Jorge Sánchez lo adelantó ya hace unos años en un impecable documento poético, Del Tercer Reich, y deja aquí, en Las vidas de las imágenes, algunas trazas de ese insondable construido hoy por la razón cínica posmoderna y el neoliberalismo económico, tan magistralmente traídos a colación en su poema «La lista de Schindler»: Yitzhak, / esas letras apretadas, / sin otro atributo que la tinta de la máquina, / no son el bien absoluto. / Esos signos han dividido. / Al abrir han cerrado. / Al incluir han excluido. / Al hacer posible han imposibilitado. // Por todo lo que han dejado fuera son, también, el mal absoluto.
A estas alturas, la pregunta ya solo puede ser ¿Y cómo escapar de este estado de cosas? y, más aún, sobre todo, ¿cómo saber que hemos escapado y no apenas dado un nuevo vuelco a la industria de la cultura incrementado con nuestra disidencia la oferta? Desde luego la demencia no nos asegura nada, en el peor de los casos incluso puede ser aprovechada para vender dementes y el triste ejemplo está en la cabeza de cualquier lector de poesía, los mantras tampoco aseguran nada... Puestos a elegir, me quedo con el criterio cuantitativo sobre el que ironiza Jorge Riechmann en su libro Bailar sobre una baldosa: «De La buena suerte —cuento de autoayuda para ejecutivos, escrito por los ejecutivos Fernando Trías de Bes y Álex Rovira— se han vendido unos 700 000 ejemplares en el mundo entero. De mi último libro de poemas, Anciano ya y nonato todavía, están ahora imprimiéndose 500 ejemplares... Proporción 1/1400; todo en orden...», pero, para que uno ironice sobre este todo en orden, es necesario saber que uno cuenta con algunas herramientas, con cierta estrategia. J. Jorge Sánchez despliega algunas y creo que merece la pena detenerse en ellas porque, en efecto, la metáfora del fuerte bien puede ser el presagio de la pronta conversión del asedio. Las estrategias de repliegue y resguardo bien pueden preceder a la exploración del mismo territorio pero con los ojos nuevos del undercover, con la vida de nuestros propios ojos y no con la que las imágenes habían infundido en ellos. Con esas estrategias bien puede crecer la resistencia y desde ellas tal vez se pueda localizar a los otros, los necesarios otros sin los que la alteridad prometida por las solas imágenes es imposible.
Sería entonces esta la estrategia del desertor, la del agente secreto, sí, la que parte del vacío de sentido para explorar desde allí nuevas posibilidades de existencia colectiva y un compromiso con la Historia y con los demás. Durmientes enviados a territorio enemigo con el objetivo /... / Espías de lo inerte... / Agentes de Dios coleccionando retazos para / entregarlos al ser que aún no sabe que es / Confidentes de la naturaleza que transmiten / —en código cifrado— / informes que esta analiza sin descanso, / nerviosamente, buscando su autoconservación. / Observadores leales a la inconsciencia originaria / recabando representaciones para el mapa del deseo interminable. // Saboteadores financiados por la nada / … / infiltrados de la conciencia. Ofreciendo gratis, en un mundo donde todo está en venta, una existencia autoconsciente y libre, lo suficientemente libre como para no detenerse a las puertas de la fábrica.
En esta disyuntiva estamos, o bien nos seguimos ofreciendo como tributos al Capital o bien reivindicamos el esfuerzo por devolver a los seres humanos su primordial energía de sensibilidad e inteligencia. Aquí, en esta dialéctica nos debatimos, porque la persistencia de la Sociedad Posmoderna solo puede ser el presagio de un futuro destruido y quebrado, necesitamos producir, hoy más que nunca, lo que no existe pero que debería existir.
Y ahora, pequeños Buzz Lightyear, no se aflijan, somos muchos los que seguimos enviando mensajes al Mando Estelar en espera de instrucciones, este libro os puedo asegurar que contiene algunos muy valiosos, y, por favor, no arranquen ninguna página: / poco podrán entender si lo hacen.
Antonio Orihuela
Lago de Proserpina, primavera de 2009"