22 de febrero de 2014

ONG's


Ayer, sin ninguna película digna de tal nombre en la televisión, demasiado cansado para ir al cine o para seguir con El principio esperanza de Bloch (todo un tour de force de mil quinientas páginas), uno se dispuso a aguantar "Equipo de investigación", en "La Sexta", esperando la habitual retahíla de fragmentos sensacionalistas que prometen más de lo que luego dan. Sin embargo, en esta ocasión, hubo un conato, mal narrado como siempre y abusando de los titulares y el énfasis, de periodismo de investigación del clásico, del que apenas se practica ya por estos pagos: el negocio de la ropa usada del que se benefician las ONG's.

Desde los esquemas marxistas criticábamos, allá por los ochenta, las incipientes organizaciones no gubernamentales. Las considerábamos instituciones de espíritu cristiano que sustituían con el voluntarismo de la sociedad civil las obligaciones del estado y promovían una caridad mistificadora y desculpabilizadora que acababa fomentando una "falsa conciencia" sustentada en la tácita aceptación del estado de cosas existente. Nos quedamos, como casi siempre, cortos. No supimos ver algo que Peter F. Drucker, en su libro La sociedad poscapitalista, ya intuía: el papel de las "organizaciones" en el futuro de la economía y la política en la sociedad capitalista tardía que se perfilaba. Y menos todavía que estas organizaciones acabarían convirtiéndose en empresas.

Y es que si la exterioridad del sistema es una ilusión, la "larga marcha a través de las instituciones" - en la inmensa mayoría de sus formas - acaba no sólo fortaleciendo el sistema que pretende destruir sino pervirtiendo las intenciones y objetivos de los que inician ese camino transformándolos con inusitada violencia...