11 de mayo de 2014

Retórica, fondo y forma





30 años separan los dos vídeos. También los separan dos modos de organizar la producción económica y articular la expresión política diferentes a despecho de las similitudes y solidaridades: capitalismo de estado socialista y capitalismo neoliberal no son, exactamente, lo mismo. Sin embargo, la retórica es similar.

El otro día, a propósito de la situación en Catalunya, uno escribió que, sobrepasados ciertos límites, la forma es el fondo: la retórica deja de ser ornamento y accidente y se funde con la sustancia, con el fundamento. Ello, sin embargo, no supone una noche en la que todos los gatos son pardos: no es el imperio de una retoricidad absoluta tan relativista que se ha de negar a sí misma en el "todo es retórico". Implica, únicamente, que en relación a la magnitud, dimensión o cualidad del objeto, situación o estado de cosas, la separación puede tender a cero.

La pertinencia de la distinción entre fondo y forma, sustancia y accidente, fundamento y ornamento, se muestra en el ejemplo de la celebración del Día de la Victoria en Rusia. Es porque cabe distinguir entre lo retórico y lo que no lo es (llámesele "verdadero", "sustancial", "primario", "científico", "argumentativo"...) que puede establecerse una homología entre la voluntad imperial soviética y la rusa pues se sirven de una retórica similar. Y a la inversa, es gracias a esta distinción que pueden algunos afirmar que, a pesar de que la estética sea semejante, si uno sólo se fija en ella se pierden las diferencias entre el modo de vida de los ciudadanos soviéticos y el de los ciudadanos rusos o las discontinuidades entre el socialismo y el capitalismo sin rostro humano.