12 de octubre de 2014

Crónica de la Nueva Edad (12/10/2014)


Si el otro día uno constataba el fracaso de las dos jornadas de lucha estudiantil a favor de la consulta del 9N que anotaba en el "debe" de los secesionistas, hoy hay que anotar en el de los españolistas el no menor fiasco de su concentración en la Plaça Catalunya el día de la Fiesta Nacional española. Según las informaciones que a uno le han llegado, no han logrado ni siquiera llenar la plaza: los españolistas, que no los unionistas, no lograrán movilizar bajo la bandera de España más que a unas pocas decenas de miles de personas y menos si tras la aparente posición de convivencia entre Catalunya y España se defiende, en realidad, el nacionalismo español aunque no sea en su formulación más rancia. Verbigracia: si el acto se presenta como "unionista", no es de recibo que el único himno que suene al final sea el español, y no el español y el catalán, como señala El País de hoy. Los españolistas no lograrán, así, poner de su parte a esa mitad de la población que no ve con agrado la secesión de Catalunya porque tampoco se identifican con España. Uno tiene la impresión de que prefieren una identidad compartida, móvil o, lisa y llanamente, quieren desentenderse de identidades.