31 de enero de 2015

De nuevo una Super Bowl susceptible de ser idealizada


Tras dos años de finales de la Liga de Futbol Americano, de Super Bowl, imposibles de idealizar y embellecer bajo el esquema que uno más aprecia cuando se trata de este deporte, la dualidad entre lo apolíneo y lo dionisíaco (que intenté explicar en su momento en los comentarios "Nietzsche en Indianápolis I y II"), vuelve la oportunidad de ver la final de este año entre los eternos Patriots de Brady y los vigentes campeones, los Seattle Seahawks, a través de ese prisma y contemplarla como un instante más de la lucha entre estos dos pathos, y ethos, mediante los que Nietzsche caracterizó, simplificando, la cultura occidental: Apolo y Dionisos.

Es cierto que el enfrentamiento entre el pulcro y bello Tom Brady y sus blancos y limpios receptores (el gran tight end Gronkowski o los wide receivers Edelman y Amendola, LaFell sí que es afroamericano) y los musculosos, exhibicionistas, tatuados, afroamericanos y rastafaris defensas de Seattle, Richard Sherman, Earl Thomas o Kam Chancellor, podría leerse desde el modelo del conflicto racial, desde la oposición estética, desde la simple y puramente técnica oposición entre la defensa de los campeones y el ataque de los Patriots, o desde la perspectiva de la diferente extracción social (Tom Brady, por ejemplo, estudió en la High School Junípero Serra, un centro católico privado sólo para chicos, mientras que Richard Sherman o Kam Chancellor, defensas de Seattle, estudiaron la secundaria en centros públicos) pero ninguna de estas estilizaciones, con ser adecuadas y oportunas, le resultan a uno tan gratificantes como la de ver (idealmente claro) a "Apolo" Brady, el falo enhiesto, el mariscal al mando, el macho en busca de sus subordinados que recogerán la pelota y evitarán el desparramamiento del semen, el sol, la capital, el Dios, firme tras sus esclavos protectores, inmóvil, faro de luz en noche de tinieblas, enfrentado a los agresivos, musculosos, salvajes, exhuberantes y malversadores de esperma, defensas de Seattle aun más atlética y dionisíacamente prototípicos que mis queridos Giants. Será, nuevamente, el enfrentamiento de la sequedad contra la liquidez, de la forma contra la confusión, de la línea contra la mancha, de la limpieza contra la suciedad, del estilo contra la fuerza pero esta vez, sin que sirva de precedente (¿o sí?) mis esperanzas irán con Apolo y no con Dionisos.

Está claro que uno se hace viejo...

29 de enero de 2015

Acerca de la conmemoración de "Auschwitz"


En el aniversario de la liberación de Auschwitz, aparte de las consideraciones filosóficas sobre el mal, la responsabilidad, la justicia, la moralidad, Occidente, etc. que siempre son pertinentes y no dejan de venir al caso, lo que más le ha interesado a quien escribe, entre lo que ha leído, es el artículo de Rafael Poch "Auschwitz y la 'Ostpolitik' de Bruselas". Un excelente análisis de la reescritura del símbolo "Auschwitz" en la "Europa democrática"(y, por supuesto, en su aliado transatlántico).

28 de enero de 2015

Moralidad y hostilidad (Catafórica I)


Cada día está uno más convencido de que el hostil a la moralidad hace de la necesidad virtud mientras que el que aspira a conducirse éticamente, por contra, intenta hacer de la virtud necesidad.

27 de enero de 2015

Uno recomendaría (19/01/2015-26/01/2015)

 

Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"Sobre la manifestacion de Francia, antisemitismo e islamofobia" de Rafael Poch.

"En la segunda semana de enero, Francia sufrió la peor serie de atentados en medio siglo. Atentados yihadistas contra una revista satírica, contra un comercio judío con un total de 20 muertos. Con la mayor población musulmana y la mas grande comunidad judía de Europa occidental, los atentados han reabierto el debate sobre la brecha social, la degradación de los barrios periféricos, el sentido de la laicidad, sobre el antisemitismo y la islamofobia, temas que dieron lugar a una masiva movilización nacional, sin precedentes desde la liberación el 11 de enero. De todo ello hablamos con Jean-Guy Greilsamer, copresidente de la UJFP, la Unión Judía Francesa por la Paz..."

25 de enero de 2015

Contra el relativismo cultural


Si el relativismo es una estrategia más de cualquier arsenal escéptico encaminado a mantener la buena salud intelectual a través de distintas medidas de higiene metodológicas y profilácticos conceptuales no cabría combatirlo sino, al revés, incentivarlo. El problema desde hace unas décadas es que, lejos de servir a un acogedor y morigerado sentido común escéptico, se ha convertido en un marco de pensamiento proveedor de una dogmática tan peligrosa como las derivadas de los universalismos absolutistas. Un protagonismo especial en este sentido lo ha tenido una modalidad del relativismo, el cultural, en el que buena parte de la izquierda romántica, no-marxista y antiilustrada ha apoyado sus sermones sobre la inconmensurabilidad de las culturas, su singularidad extrema, la inexistencia de valores universales a través de los cuales juzgar conductas... y articulado un multiculturalismo vacuo, engañoso e hipócrita. Es éste uno de los casos en el que el relativismo ha suministrado una fuente tan continuada de "infecciones" intelectuales de primer orden que su crítica es una tarea urgente en nombre de una prudencia que acepta y requiere, como instrumento crítico, de un relativismo débil, no dogmático.

Uno de los tótems de éste es la hipótesis de Sapir-Whorf que afirma la coextensión entre pensamiento y lenguaje y concibe a este último como un sistema completo y cerrado que "produce" una concepción de la realidad y, las subsiguientes conductas, que difieren de lengua a lengua y que se ha transformado, en su forma menos refinada, en un rechazo de la existencia de cualquier característica cultural universal que algunos extreman hasta negar una posible comunidad biológica (en forma étnica o racial) de la especie humana.

Pues bien, un reciente estudio ha vuelto a poner en tela de juicio la axiomática ingenua de los relativistas culturales. En el artículo "Music induces universal emotion-related psychophysiological responses: comparing Canadian listeners to Congolese Pygmie" los autores, tras realizar una investigación experimental sobre las respuestas psicofisiológicas a la música de un grupo de canadienses y otro de pigmeos congoleños, concluyen que "Results suggest that while the subjective dimension of emotional valence might be mediated by cultural learning, changes in arousal might involve a more basic, universal response to low-level acoustical characteristics of music". Dicho sea de paso, Esther me señala que parece que se haya descubierto la "sopa de ajo" pero que es algo fácilmente constatable en la vida cotidiana porque las armonías consonantes, en principio, resultan fácil e inmediatamente accesibles al oído mientras que son las disonantes las que precisan de un aprendizaje cultural de la Historia de la Música para superar la inicial sensación desagradable y poder ser apreciadas estéticamente.

Asimismo, otro estudio realizado en el Max Planck Institute for Psycholinguisti acaba de mostrar que uno de los mantras preferidos por los relativistas, especialmente por los posmodernos en el ámbito filosófico, el que hace referencia a la importancia del théorein (del ver, del mirar) en la cultura Occidental (que aquí sí pasaría por encima de las diferencias entre lenguas para formar un tótum revolútum) frente a otras culturas que privilegiarían otros sentidos o, al menos, otras metáforas cognoscitivas, debe ser puesto entre paréntesis. Según señala El País: "En las 13 culturas analizadas, la vista es el sentido al que los humanos dan más importancia. En todas, las palabras y verbos relacionados con ver, mirar, observar, ojear, leer... suponen más del 60% de los vocablos referidos a los sentidos. En el chino mandarín, por ejemplo, en una hora de conversación, aparecen 72 usos de verbos relacionados con la vista. El 84% de las palabras sensoriales tenían que ver con este sentido.
En los grandes idiomas occidentales analizados, el porcentaje de presencia de palabras relacionadas con la vista oscila entre el 70% y el 80%. En algunas culturas hay palabras con significados multisensoriales donde solo el contexto permite saber si la expresión se refiere a uno u otro sentido o a algo más íntimo y menos físico. Es el caso del "sentir" español o el sentire italiano. Solo hay una cultura, la de los tzeltales de Chiapas (México) que hablan una lengua de origen maya, donde el vocablo multisensorial  a'y es más frecuente que los relacionados con la vista. Pero, aún así, el análisis de sus conversaciones muestra que la mayoría de las veces se usa para referirse a este sentido. La vista sería entonces el más universal de los sentidos". En la presentación del estudio que figura en la web del Instituto se señala: "When people converse in their day-to-day lives, they often speak about what they hear, smell, taste or feel. First and foremost, however, they talk about their visual perceptions. This is the conclusion of a team of scientists headed by Lila San Roque, Kobin H. Kendrick, Elisabeth Norcliffe and Asifa Majid at the Max Planck Institute for Psycholinguistics in Nijmegen in the Netherlands, who conducted a study of 13 languages from around the world. However, they found no evidence of a fixed hierarchy of the other senses in the speakers’ linguistic usage. They therefore conclude the hierarchy of the senses is shaped by both biological predispositions and cultural influences".

¿Empezará por fin a resquebrajarse la hegemonía del relativismo cultural?

23 de enero de 2015

Al-Ajami

 

Hace unos días recibí un correo de Alberto García Teresa dando a conocer la campaña que "Voces del extremo" ha emprendido para pedir la liberación del poeta qatarí Al-Ajami. A pesar de que cada vez uno participa menos en estas peticiones que tanto tienen de simbólicas, suscribí, finalmente, este comunicado:

"Por lo expresado en sus poemas, el poeta de Qatar Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami fue detenido en noviembre de 2011. Se le acusó de incitación a derrocar el régimen e injurias al emir de Qatar, y fue condenado a 15 años de cárcel, tras conmutarle la pena de cadena perpetua que se le impuso a finales de 2012. Según los cargos, oficialmente, la causa es un poema escrito en 2010 en El Cairo, muy crítico con su gobierno, aunque se considera que la represión se ha debido a la difusión de su “Todos somos Túnez y la revolución de los jazmines”, compuesto durante la “primavera árabe” en diciembre de 2011, en el cual al-Ajami apoya la revuelta, la extensión de la democracia y el respeto a los derechos humanos.

Desde “Voces del Extremo”, concebimos la poesía como una herramienta que une a los pueblos, que alienta el respeto por las diferencias y que contribuye a la construcción de una sociedad justa y consciente. Entendemos que el derecho a la cultura y a todos los instrumentos que favorezcan el pensamiento autónomo y crítico constituye un derecho fundamental, y atentar contra él supone arremeter contra uno de los elementos básicos que deben constituir una sociedad que aspire a la dignidad y a la felicidad de todos sus miembros.

Por ello, conscientes de la injusticia que dicha encarcelación supone, las personas participantes en los encuentros de poesía “Voces del Extremo” y otras/os poetas exigimos la inmediata liberación de Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami, así como la reparación moral del daño inflingido. Exigimos, igualmente, el respeto por la libertad de pensamiento y de expresión, tanto en Qatar como en el resto de regiones del mundo.

TODOS SOMOS TÚNEZ Y LA REVOLUCIÓN DE LOS JAZMINES
Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami

(Versión en castellano de Ana Abarquero y Laura Casielles)

Señor primer ministro, señor Muhammad Ganushi: miramos tu autoridad y no es constitucional.
No lloramos a Ben Ali ni lloramos por su tiempo; si se piensa en la historia, un instante será.
Era la dictadura de un sistema opresivo, Túnez se ha declarado en revuelta popular.
Si somos censurados, censura un vil rastrero; si alabamos, estamos convencidos de alabar.
Se encendió la revuelta con la sangre del pueblo, en cada persona vimos la salvación de los pueblos grabar.
Ya se sabe que el Gobierno hace de su capa un sayo y con cada triunfo siempre alguna tragedia va.
Que así sea en los países donde reina la ignorancia y creen que Estados Unidos por fuerza el prestigio da;
que así sea en los países donde el pueblo tiene hambre y halla el Gobierno su orgullo en la pobreza que hay;
que así sea en los países donde te duermes con una nacionalidad pero eres apátrida al despertar;
que así sea en los sistemas que por herencia reprimen: ¿esclavos de este egoísmo seréis mucho tiempo más?
¿Cuánto hace ya que el pueblo de su valor no es consciente? Los gobernantes lo engañan y a él se le vuelve a olvidar.
¿Por qué será que acabar con los sistemas tiranos es algo que un gobernante no suele elegir jamás?
El enfermo que en el trono se sienta enoja a su pueblo a sabiendas de que otro mañana ahí se sentará
sin pensar que esa patria que ha puesto a su nombre y al de sus hijos, patria del pueblo y de sus glorias es en verdad.
Una sola voz responde para un único destino: Todos somos Túnez frente a la élite que reprimiendo está.
Los Gobiernos árabes y quienes los representan son todos ladrones, sin ninguno exceptuar.
La pregunta desvelada al indagar en esta idea no encontrará su respuesta en ningún sitio oficial:
Puesto que todas las cosas las importan de Occidente, ¿por qué no importar también derechos y libertad?"

20 de enero de 2015

Crónica de la Nueva Edad (20/01/2015)



Como era previsible, y frente a esa mezcla de optimismo y desconocimiento de la realidad catalana de muchos españolistas allende el Ebro, el movimiento secesionista ha repostado y ha recibido suficiente combustible para proseguir su marcha. Cierto es que no es una gasolina de primera calidad, sin impurezas, pero puede seguir adelante. Muchos secesionistas han recibido el acuerdo entre CiU y ERC con poco entusiasmo, frialdad e incluso con desconfianza como anotaba, preocupado, mi Jiménez Losantos particular. Pero de ahí a que el movimiento haya descarrilado o que las luchas intestinas auguren su final va mucho. Es más, ERC, que demuestra que aunque le falten cuadros para dirigir eficazmente un estado tiene políticos de mayor categoría que CiU, aunque igualmente ignorantes de la coyuntura internacional y de la capacidad del Estado español, se ha apercibido - tras el simulacro del 9N - de que los independentistas podrían perder un referéndum y que, de hecho, el apoyo a la ruptura con España está empezando a rechinar y a haber un cierto riesgo de que una buena parte de los secesionistas de aluvión decidan dar marcha atrás si las puertas del cielo prometido no se abren ya. Por ello considera que con las elecciones del 27S hay suficiente y que es preferible, como sostenían los sondeos, concurrir en listas separadas: con el sistema electoral catalán vigente y la atomización del voto unionista y españolista, la mayoría absoluta de los secesionistas en escaños es casi segura. Da igual que no lo sea en votos: se toman como un plebiscito, confundiendo planos de representación, y se empieza a redactar una Constitución que, con el terreno abonado, difícilmente recibirá un "no". Y en el caso de que lo obtuviera, se podría interpretar como un rechazo de "una" Constitución catalana que no de la independencia de Catalunya, con lo cual a redactar otra. Mientras, a seguir "ejerciendo" la independencia. Su planteamiento es, en mi modesta opinión, el más pragmático: si quieres la secesión, constrúyela. No es preciso "tomar el poder", pues nada hay que tomar. El poder no está en una serie de lugares específicos que poseer o dominar. El poder "es""ejercer" la posibillidad de hacer que otros hagan lo que tú deseas. En lo único que quizás fallen, y tenga razón el partido del presidente, es en desdeñar los pasos negociadores con el Estado español y recoger lentamente, eso sí, los estratos de legitimidad que pueden servir para, en el momento en que la coyuntura internacional sea más favorable, recabar los suficientes apoyos internacionales y acordar la segregación de España bajo tutela de alguna, o algunas, potencia europea y Estados Unidos. Olvidar esa dimensión internacional podría llegar a ser letal para el proceso si la división entre independentistas y no independentistas se encona en Catalunya y el enfrentamiento con el estado español queda en manos de instancias cuya simpatía hacia el secesionismo catalán es, hoy por hoy, limitado.

Pero mientras tanto la moneda sigue en el aire por mucho que algunos se empeñen en aseverar el fin del proceso. El otro día Lluís Bassets, en El País, lo infería del hecho de que la narrativa secesionista no ha conseguido cumplirse:

"Así es como creció ese nuevo cuento, potente, bien ensayado, desde abajo y desde arriba, con rowdfunding y con presupuesto público, como era el de que Cataluña iba a declararse independiente —tenemos prisa decían— y que iba a ser ya, ahora, enseguida. En fechas señaladas, además: en el 2014 del tricentenario de aquel 1714 de la Nueva Planta que pasó como una apisonadora sobre la lengua y unas instituciones medievales en las que los historiadores más perspicaces han visto un incipiente sistema parlamentario a la inglesa, ahogado in nuce por el centralismo borbónico. O, como más tarde, en el primer 23 de abril del año siguiente, el actual 2015. Y que se produciría casi automáticamente, al estilo de una máquina expendedora: usted echa las monedas de una fuerte voluntad popular debidamente organizada y manifestada en las urnas y cae inmediatamente una burbujeante, dulce y fresca independencia que deja satisfechos a quienes la disfrutan, desconcertados a quienes la rechazan y maravillados a todos por la capacidad catalana para producir milagros históricos.
El final del cuento es conocido. Hay un perro y un gato, que son Mas y Junqueras: no importa para el argumento entrar en más detalles sobre cuál de los dos es felino y cuál cánido, porque basta con señalar, como ha visto todo el mundo y especialmente sus partidarios, que se comportan como perro y gato. Son perro y gato. El cuento se ha terminado por muchas razones. En primer lugar, porque el cuentacuentos que es la historia nos está contando tres cuentos más que interfieren con el cuento único vigente hasta hace bien poco tiempo. En segundo lugar, porque el relato de la independencia se ha revelado finalmente que era lo que es siempre el cuento político: una simple y brutal pelea por el poder."

Sin embargo, del hecho de que la parousía no haya acontecido no se sigue, para una mentalidad (uno se niega a llamarlo "pensamiento") nacionalista su fracaso: es como ya sucedió en el caso de la religión cristiana. Del hecho de que la segunda venida de Cristo, anunciada como inminente, se frustrara no se siguió más que una serie de reinterpretaciones que seguían manteniendo la fe en esa llegada que fue postergándose y, posteriormente, convirtiéndose en metáfora. Considerar que el nacionalismo se somete al método del "ensayo y error" o, peor, a la falsación o al discurso argumentativo, como la religión, es menospreciarlo, no entender su fuerza y, por supuesto, su peligro.

No hay fin del cuento con un desenlace bonito para esa España que algunos tanto aman. Se está empezando a explicar otro, eso es todo...

19 de enero de 2015

Uno recomendaría (12/01/2015-18/01/2015)


Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"'Ciutat morta', declive energético y Gran Exclusión" de Antonio Turiel.

"(...) Pero si no tomamos las riendas de esta situación, si dejamos que las cosas evolucionen a su libre albedrío y de manera natural, todos estaremos en esa situación de sacrificables de aquí en unos años. Esos policías que no quisieron saber qué pasaba en aquella sala de interrogatorios, esos jueces que no quisieron escuchar las acusaciones de tortura, esos médicos que se limitaron a curar las heridas y mirar a otro lado, esos políticos que no tuvieron el coraje de afrontar las consecuencias lógicas de sus malas acciones previas, esos vecinos que simplemente no querían que les metieran en líos, esos ciudadanos que se jactan de lo bonita que es Barcelona mientras giran la cara para no ver la otra mitad..."

17 de enero de 2015

Acerca del inacabamiento del proyecto ilustrado (y II)


¿Es esta Ilustración incumplida la responsable de Auschwitz e Hiroshima? ¿Está en tan estrecha relación con ellas que "muestran sus límites"? Pues, repito, si vamos más allá de la figuración, de la sugerencia,  hay que ser cautelosos al respecto. Incluso si damos por sentada la pertinencia de la sugestiva narración heideggeriana y derrideana sobre la "metafísica de la presencia", que define y caracteriza el pensamiento occidental, está por ver el papel que las líneas maestras de esta estructura filosófica desempeñan en actos históricos concretos: ¿es tanto el poder de un texto filosófico o de una forma categorial que pasa por encima de condiciones económicas, biológicas, causalidades históricas, azares, etc. e interviene directamente en todos y cada uno de los acontecimientos de la historia planetaria? Pero ciñéndonos al caso concreto de la Ilustración dentro del paradigma ontoteológico occidental, si se analiza el fenómeno histórico nacionalsocialista no se tarda en llegar a una conclusión: entre la doctrina nacionalsocialista y la Ilustración no hay apenas puntos en común, del mismo modo que no había ilustrados entre los nazis aunque hubiera muchos nazis cultos e incluso filósofos (como poetas, músicos, pintores, etc.) y establecer una línea causal entre Was ist Aufklärung? y la conducta del Departamento IV-B de Eichmann es, cuanto menos, arriesgado. O al menos uno no es capaz de hacerlo ni de imaginárselo. Puestos, con todo, si en Auschwitz hay una negación de la alteridad, que la hay, entronca más bien con el irracionalismo religioso de raíz cristiana (véase Goldhagen) o el romanticismo que con una Ilustración que, si bien no le concede al Otro el papel que merece en el conocimiento, sí lo hace en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres o la Crítica de la razón práctica en la forma del imperativo categórico, por ejemplo. La absorción del Otro y su supresión están más presentes en un Hegel o un Schelling (más románticos que ilustrados) que en la Ilustración kantiana.

Respecto a Hiroshima se puede decir que es el resultado del una mentalidad de cálculo utilitarista (que es ilustrada sólo en un sentido muy vago y amplio del concepto) o del uso tecnocrático de la ciencia (que tampoco es un producto ilustrado sino más bien al revés, en todo caso) pero esta afirmación también resultaría un poco reduccionista. Como metáfora sería admisible pero si nos la tomamos en serio hay que entrar en no sólo en el análisis de la evolución de la contienda, en el oportunismo criminal de Harry S. Truman o en los escrúpulos éticos o su ausencia en los científicos del proyecto Manhattan, por poner algunos ejemplos, sino en el militarismo japonés (que, no hay que olvidarlo, inició la agresión en China años antes y no precisamente en nombre de un ideal ilustrado) y en las posibilidades de dar por finalizada la conflagración mediante un armisticio (los pasos dados por los aliados en este sentido no dieron fruto pese a que la exigencia de Rendición Incondicional de Potsdam dejaba la puerta abierta a la continuidad del régimen imperial y era, por tanto, una rendición menos incondicional de lo que semejaba) o una invasión que, ciertamente, tras los casos de Saipán, Iwo Jima y Okinawa, se sabía costaría millones de vidas. ¿Fue una decisión imbuida de principios ilustrados y de moral kantiana? Cabe dudarlo, francamente.

La narración de trazo grueso que responsabiliza a Occidente (y por extensión y contigüidad a la Ilustración) de Auschwitz no sólo se topa con contraejemplos como los de Ruanda, donde el genocidio de los tutsis se llevó a cabo, ferozmente, en pocas semanas con una eficiencia que hizo palidecer a los Einsatzgruppen de las SS, o con el microscopio sobre las incoherencias, arbitrariedades, pasos atrás, dudas e irracionalidades del exterminio judío por los nazis (un buen relato lo encontramos en la magnífica obra de Hilberg La destrucción de los judíos europeos que recoge las idas y venidas, contradicciones, vacilaciones y luchas intestinas acerca del destino de los judíos en las altas instancias del régimen nacionalsocialista), sino con la palmaria evidencia de que Occidente también incluye a Marx, el feminismo, el ecologismo, el pacifismo y el antimilitarismo, Hermann Hesse, Bakunin, Emma Goldmann, Gramsci, o mis abuelos y mis padres a quienes hacerlos corresponseables de alguna manera, partícipes lejanos siquiera, de Auschwitz es, simple y llanamente, una barbaridad de esas que tan ligeramente han utilizado algunos profesionales de la revolución (una revolución, por lo demás, que tiene sus raíces en Occidente y su Ilustración...)

Ilustración y Occidente no se solapan, no se cubren. La Ilustración no lleva a Auschwitz salvo en un planteamiento narrativo muy generalista destinado a épater le bourgeois (que nunca va del todo mal) o a hacer callar a un adolescente, ni a Hiroshima.

Dicho esto. La vigencia de la Ilustración ¿implica su adopción como programa ético y político? Poco habríamos aprendido del devenir histórico si a lo pretendidamente universal le concediéramos el privilegio de convertir el desideratum en factum. El programa ilustrado kantiano puede, y quizás debe, ser ensanchado como señala Rais pero la discusión sobre esta apertura no debe substituir el objetivo de conseguir una sociedad de individuos - ciudadanos - ilustrados, capaces de hacer un uso autónomo de su propio entendimiento y susceptibles de tratar a los otros seres humanos como fines en sí mismos y no como simples medios. Lo cierto es que a las alturas que estamos este objetivo me parece más revolucionario que otros muchos que se visten de tales y no entra en contradicción en absoluto con las doctrinas comunitaristas que propugnan la repartición de la riqueza, algo que se debería seguir del principio de no tratar a los otros como un medio sino como un fin.

Abramos la Ilustración pero no la abandonemos por insuficiente desde la atalaya filosófica cuando su realización empírica está, todavía, tan lejana...

P.S: Con Rais hay tanta proximidad afectiva y conceptual que esta discrepancia de matiz es, realmente, insignificante.

15 de enero de 2015

Acerca del inacabamiento del proyecto ilustrado (I)

 

Sostiene mi querido amigo Rais, en una nota acerca de la corrupción sistémica y las posibles soluciones, que "Especialmente ilustrativa de este fenómeno es la entrevista, que Jordi Evole le hizo en 2013 para Salvados, donde describe perfectamente a la casta como élite económico-política ¿Y que salida nos propone Pérez-Reverte? Pues curiosamente ninguna. Ninguna solución, ninguna revolución, sino más ilustración, más educación, más cultura, más espíritu crítico. Este es un debate que tengo con mi querido amigo. pensador y escritor, Jorge Sánchez (ver su blog Bajo la lluvia). El sostiene, que el viejo proyecto de la Ilustración sigue vigente, sigue inacabado, es el proyecto natural de la racionalidad y de la libertad occidentales bien entendidas. Y no le falta razón, ante tanta barbarie e irracionalidad imperantes, pero precisamente la Ilustración concibe las relaciones de poder como un rechazo de la diferencia y de la alteridad. Auschwitz y Hiroshima son muestras de sus límites, con lo que al menos habría, que repensarla aprendiendo de estos."

Por alusiones, y sin demasiada voluntad de querer quedarnos en la endogamia amistosa, sino con ánimo de debatir la vigencia o no del programa ilustrado en los que pasen por estos pagos, uno ha de decir que sí cree que éste, tal y como lo diseñó Kant, sigue vigente pero en el sentido de inacabado, incumplido, irrealizado. No es que la Ilustración haya sido lanzada al vertedero de la Historia porque alcanzara en algún momento su cumplimiento y fuera superada por sus ineficiencias o el agotamiento emancipatorio de sus propuestas sino que, como argumentaba Habermas, a quien tanto denostaba uno en la efervescencia posmoderna de su juventud, sus objetivos no han sido logrados ni de refilón. El ideal ilustrado continúa siendo casi pura contrafacticidad y no ha perdido su actualidad por mero paso del tiempo en tanto que apela a una máxima y estricta universalidad sin correlato empírico de momento. Ahora bien. De su vigencia no se sigue, evidentemente, su adopción y menos sin matices o acríticamente. Simplemente, como el Reino de Dios cristiano o el Comunismo marxista, no se ha pplasmado históricamente ni por aproximación aunque haya inspirado regímenes, formas de gobierno, literaturas varias, filosofías, actitudes, códigos morales, etc. Y, como estos ideales, no ha perdido su validez a causa del ámbito colosal de su empresa y su falta de realización. Eso es lo que creo al respecto en primera instancia. Subsidiariamente, y desde un punto de vista pragmático y realista, me parece que marcarse como objetivo que los seres humanos puedan ser capaces de hacer un uso emancipado de su entendimiento es casi "subversivo" a tenor de la situación actual y no creo que sea un objetivo ético y político menor o desdeñable.

¿Es el proyecto "natural" de la racionalidad y de la libertad occidentales "bien entendidas"? No es, lógicamente, el proyecto "natural" de Occidente (si es que existe algo así más allá de la metáfora, acerca de lo cual uno cada vez alberga más dudas), no sólo porque nada en la definición de Occidente implica necesariamente "la" Ilustración a priori sino sólo a posteriori (especialmente desde Spengler y Heidegger), sino también porque el cristianismo parece más inherente al desarrollo histórico de las civilizaciones europeas que el tardío empeño del XVIII. Quizás sí sea un proyecto que puede ser asimilado a la misma historia de los esquemas de racionalidad occidentales propuestos desde Platón que, por cierto, distan mucho de haber sido nunca ni dominantes ni hegemónicos, pero poco más. Ilustración y Occidente van de la mano desde hace un par de siglos pero si ambos conceptos son utilizados como tales, y no como figuras, hay que ser cuidadosos y evitar las generalizaciones abusivas.

14 de enero de 2015

Uno recomendaría (04/01/2015-11/01/2015)


Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"Catalunya, Espanya, Violència i Mimesi (VI i final)" de Jordi Ramírez

 "Si el diagnòstic de Girard sobre la nostra època fos correcte caldria concloure que la disputa entre Catalunya i Espanya, en els termes que ha estat concebuda històricament, pertany a un temps consumat. Han passat avall les èpoques de bocs expiatoris, perquè quan hom entén que en té o n’ha tingut un, l’eficàcia del mecanisme es trenca i no es pot pas recomposar. Un mon basat a la globalització, entesa com la finalització de tots els tancaments victimaris, no hauria de deixar lloc per a qualsevol mena de nacionalisme..."
 

13 de enero de 2015

¿No es la religión? ¿Es la política? ¿Seguro? (y II)


Tres apuntes finales relacionados con los sucesos de esta semana en Francia.

En cuanto a "lo de Willy Toledo". Sin pronunciarse acerca de la veracidad o no del vídeo del asesinato del policía, cuya falsedad asume acríticamente el actor (la ecuación "no sangre + no retroceso + no movimiento corporal = engaño" le parece así a uno, a bote pronto, un poco osada si uno ha tenido entre sus manos un fusil de asalto y ha leído un poco acerca de los kalashnikov), el problema está en el automatismo metonímico que se produce tras la lectura de la publicación del actor con independencia de "su" intención y dejando de lado la barbaridad contenida en su afirmación tuitera de que "El Pentágono y la OTAN bombardean y destruyen países enteros, asesinan a millones, cada día", que merecería un capítulo aparte. Es imposible no asociar la falsedad denunciada con la masacre del Charlie Hebdo, con la que se comunica por proximidad espacio-temporal, y no provocar, por tanto, la asociación entre el falso asesinato del policía y una posible falsa masacre, un montaje organizado por servicios secretos, o no tan secretos, para justificar una "caza al árabe" o una acción militar global contra el Estado Islámico o lo que sea. Conspiraciones las hay. Y montajes. Pero parece que negar la matanza - y su autoría - es, a pequeña escala, como el revisionismo o el negacionismo acerca de Auschwitz: al menos casi delictivo intelectualmente. A uno le recuerda, además, en su precipitación y grosería a "lo de" Javier Bardem y Penélope Cruz que hicieron bueno y hasta razonable a Jon Voight. Que en estos tiempos menesterosos las autodenominadas "voces críticas" sean tan imprudentes y maniqueas no deja de ser lamentable.

Por otra parte, no ha leído uno ni un lamento, ni una observación aguda y de denuncia acerca de la muerte de los dos islamistas abatidos por la policía francesa. No será quien escribe el que la realice pero no deja de ser curiosa esta unanimidad, este asentimiento por omisión, de la opinión pública occidental que, en el fondo, parece considerar justa la ejecución de ambos. No es de extrañar que Marine Le Pen pida un referéndum sobre la pena de muerte. Como en España años atrás, cuando ETA mantenía su pulso con el estado, sus tesis lo ganarían. En fin...

Finalmente, la capacidad coercitiva de estas acciones no debe ser minimizada en absoluto ni relativizada: ejercen una fuerza innegable que cercena la libertad de expresión pues incitan, en el campo específico de la literatura, a la autocensura tanto como el mal llamado "mercado". En este aspecto, los adalides conservadores del choque de civilizaciones tienen, muy a mi pesar, razón. Uno, por ejemplo, no se plantea ningún límite a la hora de abordar, en una situación narrativa o un poema, la religión católica o la judía. Es justo reconocer que no sucede lo mismo con la islámica. Y eso es preocupante porque significa que, en cierto modo, alguno de los objetivos de los fundamentalistas musulmanes está en camino de conseguirse...

11 de enero de 2015

¿No es la religión? ¿Es la política? ¿Seguro? (I)



A las voces xenófobas que aprovechan los atentados yihadistas para clamar por una cruzada defensiva del Occidente cristiano se unen, cómo no, las voces contemporizadoras que ante los mismos actos proclaman la fraternidad universal ingenua, el espíritu ecuménico y exculpan a la religión de su responsabilidad ideológica en ellos. ¿Churchills y Chamberlains? ¿O más sencillamente, halcones y palomas?

El otro día, en El País, José Ignacio Torreblanca emprendía el enésimo empeño por evitar la construcción de "trincheras de odio" y apelar a la bondad o, cuanto menos, neutralidad, de la religión - en este caso la islamista - en los asesinatos cometidos por sus seguidores. Argumenta, acertadamente al parecer de quien escribe, en su artículo "Es política, no religión", que "este razonamiento, que en último extremo nos lleva a un enfrentamiento de civilizaciones entre Occidente y el islam, naufraga contra la evidencia de que por cada occidental asesinado a manos de estos terroristas yihadistas vienen muriendo miles de musulmanes. Desde la guerra civil argelina, donde en los años noventa murieron entre 150.000 y 200.000 personas, hasta Irak, donde las cifras de víctimas posteriores a la invasión de 2003 también se encuentra en el rango de 150.000 a 200.000 personas, o como se viene poniendo de manifiesto hoy en Siria, Libia, Túnez, Egipto u otros escenarios, el conflicto dominante no es entre el islam y Occidente, sino dentro del mundo islámico, víctima de fracturas entrecruzadas de carácter étnico, geopolítico o económico, entre suníes y chiíes, kurdos y turcos, autoritarios y demócratas, laicos y religiosos, ricos y desposeídos."

No le falta razón. Mas mostrar el anudamiento de lo político con lo religioso no libra en absoluto a este miembro del par de su responsabilidad. Como en el caso nazi, de nada hubiera servido la crisis económica, la tradición fuertemente antisemita de la cultura alemana o la debilidad de la república de Weimar, sino hubiera existido una ideología "criminal" como el nacionalsocialismo que no sólo amparó sino que motivó, justificó y valoró las actuaciones encaminadas a la aniquilación de judíos, gitanos, eslavos, etc.

Si cabe criticar, por imprudente e intransigente, la exaltación del choque de civilizaciones y el racismo, no cabe tampoco el silencio cómplice ante una suerte de diálogo entre civilizaciones que exculpa a la religión de su papel como alimento, y aliento, del fanatismo (islamista ahora, cristiano otras veces). No será causa suficiente (aunque uno tiene sus dudas) pero sí necesaria. Sin religión no hay ni yihad ni cruzada. Como sin nacionalsocialismo no hubo Auschwitz y sin nacionalismo no hubo Srebrenica o Armenia.

No se conocen ejemplos históricos de masacres provocadas en nombre de la relatividad, las leyes de la termodinámica o la teoría de juegos. Hay una diferencia muy relevante aquí.

Es la política pero también la religión. Sobre todo, la religión.

P.S: Como señala Eduardo Moga respecto al mismo asunto con la agudeza de lo obvio y el uso implacable del sentido común:  "Pero los asesinos no salieron de la sede del Charlie Hebdo al grito de '¡Abajo el capitalismo!', '¡Muera el judaísmo!' (aunque esto se da por supuesto) o "¡Viva yo!"; salieron gritando: '¡Alá es grande!'". Dan ganas de gritar parafraseando a aquellas famosas elecciones norteamericanas "¡Es la religión, estúpidos!".

9 de enero de 2015

Crónica de la Nueva Edad (09/01/2015)


Navidad no demasiado jubilosa y sin muchos mensajes felices de "muñecas Famosa". Las amenazas de tormenta han proseguido su lenta pero inexorable acumulación en el horizonte y es difícil no esperar días de viento y furia. Con todo, al menos en estas tierras, uno ha disfrutado de una cierta tranquilidad. La intensidad del ruido secesionista se ha amortiguado ligeramente y eso es una buena noticia en términos sensoriales: la contaminación visual, acústica y discursiva producida por banderas, declaraciones, mentiras, medias verdades, verdades y soflamas varias, me deja en un estado cercano al abatimiento y que tiene sospechosas proximidades con las crisis à la Proust con las que llevo meses deleitándome y agotándome en la larga y pausada lectura de À la Recherche... que empezó en verano.

Ahora bien, la disminución de los decibelios, la resaca, no me parece que sea el primer paso para el deshinchamiento del globo secesionista como tantos españolistas y unionistas repiten. Incluso los más próximos, amigos o compañeros, están convencidos de que la burbuja nacionalista está estallando al darse de bruces con "la realidad". Como si eso fuera un motivo para abdicar de las creencias nacionalistas...

También algunos secesionistas que frecuento, amigos, compañeros o conocidos, parecen desinflarse. Eran los que creían que el 9 de noviembre se celebraría una consulta, que se ganaría por abrumadora mayoría, que el mensaje de Fin de Año de Mas perfilaría el acto de la ruptura y que en la primavera de 2015 ya viviríamos en una Catalunya independiente: así, sin más, por el puro efecto de la voluntad de "un pueblo" (no de una parte significativa, mayoritaria en su minoría pero al fin y al cabo una porción, de los habitantes de este país).

Otros sin embargo, especialmente aquellos que tienen que conjugar su independentismo sentimental con su condición de empleados al servicio del estado español o que conocen las interioridades del Cortijo catalán que han creado Convergència y el Tripartit (es decir, la absoluta mayoría de las élites políticas catalanas) respiran aliviados porque "largo me lo fiais": pasadas las primeras emociones, ahora ruegan porque la ruptura con España sea gradual, siga un ritmo razonable y les de tiempo a buscar otro trabajo, a jubilarse o a que crezca una nueva clase política menos corrompida y viciada que permita construir un estado algo mejor que el existente, que de todo hay.

No obstante, en la propia naturaleza del entusiasmo nacionalista y de sus diversas variantes, está la necesidad de mantener un ritmo frenético que evite la reflexión, la pausa, la serenidad y el reconocimiento del "otro". No creo que, como quiere creer Francesc de Carreras en El País, "La principal característica del momento actual es que los independentistas no saben por dónde tirar, se sienten fracasados y divididos. Durante dos años, desde septiembre de 2012, han alimentado un sueño que de golpe han visto que era irreal. El sueño era que una gran mayoría de catalanes eran partidarios de la independencia. Despertaron el 9 de noviembre: menos del 30% se apuntaron a ella. No lo quieren reconocer abiertamente, pretenden seguir en la ficción, pero el entusiasmo ha decrecido, el cansancio comienza a notarse y los signos de desilusión también." Se pueden observar esos signos, sí, pero también muchos otros que muestran que el impasse no es tal sino que se los dirigentes secesionistas están midiendo y calculando los pasos a seguir ante los riesgos que acechan al "proceso": la falta de apoyo internacional, la subestimada capacidad de España para aguantar y la sobreestimada adhesión al proyecto de los ciudadanos catalanes. Pronto se moverán: uno diría que faltan todavía unos meses para el descarrilamiento final y aun está por ver qué tren será el primero en salirse de la vía, si el convoy español, el catalán o, lo más probable, ambos, dejándonos a la mayoría de pasajeros aturdidos, golpeados y a la intemperie entre el fragor del desastre.

P.S: Por cierto, tiene uno la impresión de que las cábalas en torno a cómo desactivar el "efecto Podemos" en Catalunya no son ajenas a las idas, venidas y titubeos de estos días entre ERC, CiU y las organizaciones de la sociedad civil que han tomado la dirección nominal del movimiento. Tiempo al tiempo...

7 de enero de 2015

Escribe Proust


"En una época como la nuestra, cuando la creciente complejidad de la vida apenas si nos deja espacio para leer, cuando el mapa de Europa acaba de experimentar profundas modificaciones y está, acaso, en vísperas de pasar a otras mayores y hay tantos problemas nuevos y amenazadores asomando por doquiera, me reconocerá usted que tenemos derecho a pedir a un escritor que sea algo más que un ingenio sutil que nos hace olvidar en discusiones ociosas y bizantinas sobre méritos de pura forma ese peligro en que estamos de vernos invadidos de un momento a otro por un doble tropel de bárbaros, los de afuera y los de adentro." (En busca del tiempo perdido, vol. II, trad. de Pedro Salinas).