24 de febrero de 2015

Crónica de la Nueva Edad (24/02/2015)


¿Marta Ferrusola es cínica o intelectualmente débil? Cuando El País relata la crónica de su declaración ante la Comisión de Investigación del Parlament, y señala que "Marta Ferrusola, imputada por blanqueo de capitales, ha dicho no recordar cuándo recibió el dinero de su suegro, el padre del expresidente catalán. “Mi memoria es muy pequeña”, se ha disculpado. También ha puesto en cuestión que sus hijos lleven un ritmo de vida elevado y, preguntada, por los coches de lujo del mayor de sus hijos, ha dicho que los pudo comprar porque estaban deshuazados (sic) “y los arregló”, resulta difícil contener la risa pero también el malhumor y el desprecio. Desternillante y, al tiempo, patético y ridículo, sí, pero también preocupante cuando algunos secesionistas obcecados, incluso de izquierdas, la defienden, como al resto del clan Pujol, de la cacería que el estado español ha desatado contra ellos. Eso dicen. Ciertamente algo, o bastante de eso, hay, pero como en el caso de Monedero, ello no cambia demasiado las cosas. A Montoro, independientemente de otras consideraciones acerca de su catadura moral, le asiste la razón en este aspecto específico y concreto y al dirigente de Podemos no. Monedero, ha obrado inmoralmente y le está sobrando soberbia intelectual (él mismo se considera "un intelectual"), como a los Pujol aunque probablemente estos, además, pueden haber actuado delictivamente. Tanto da sí, como es muy probable, el estado español y sus servicios de fontanería están detrás de ambos asuntos: no afecta en nada a la inmoralidad de un comportamiento. Sí, hace semanas que se ha desencadenado una campaña, que a momentos parece orquestada, contra Podemos. Era previsible. No ofrecer un flanco débil, ser inteligentes y combatir la media verdad con la honestidad es la obligación de quienes aspiran a cambiar el actual estado de cosas y en este caso ni Monedero, ni Podemos, han estado a la altura de las circunstancias. A los secesionistas de CiU les está pasando algo parecido. Hace unos meses, un amigo madrileño, de derechas y con buenos contactos, me comentó cuando el asunto empezaba a destaparse: "Roma no paga traidores". Ya. Pues eso.

Lo más lamentable ha sido la actitud servil de muchos patriotas que se consideran de izquierdas. El inefable Vicent Partal, en su crónica, únicamente resalta, con un deje de admiración, orgullo y no quiere uno decir más, el baño que Jordi Pujol Jr. les dio a los parlamentarios. Según él, claro está. Del espectáculo de su padre, poco. Del de su madre, menos aun: "Els diputats hi van acudir gairebé com si fos un tràmit i a davant es van trobar un home plantat que trencava el misteri sobre ell mateix i se'ls anava cruspint l'un rere l'altre, a còpia de dades i més dades, per un costat, i de missatges enverinats per un altre" ("Los diputados acudieron casi como si se tratara de un trámite y enfrente se encontraron un hombre plantado que rompía el misterio sobre él mismo y se los iba comiendo uno tras otro, a base de datos y más datos, por un lado, y de mensajes envenenados por otro"). Orgásmico...

En fin, la familia Pujol se envuelve en la bandera estelada y acude al expediente de la persecución política (que, uno insiste, es muy probable que esté rondando por ahí, lo cual no impide, para los que oíamos desde hace años en la calle los comentarios acerca de las comisiones de la familia, el racismo y clasismo de la augusta señora, los "chanchullos" de los niños, las mansiones, coches de lujo, fiestas de la corte de la familia, etc., una indisimulada satisfacción por ver su situación actual) para justificarse y abrigar, al tiempo, la esperanza de que el pueblo catalán les apoyará en el momento culminante e impedirá cualquier posible castigo de la pérfida España (¿los liberará de una posible Bastilla en Soto del Real?).

Dicho sea de paso, uno es escéptico respecto al desenlace final que los españolistas están dibujando con tanta fruición: creo que ninguno pisará la cárcel aunque no tenga todavía demasiado claro si será porque Catalunya será independiente, por los arreglos que la clase política del estado hará o porque seguro que el señor Pujol tiene, como todos, sus propios dossieres...