28 de junio de 2016

Bajada de persiana por descanso estival

El ajetreo de final de curso - y los problemas de Blogroller - han impedido actualizar con la suficiente frecuencia este cuaderno en las últimas dos semanas. Han quedado incompletas, en el tintero, algunas observaciones sobre el concepto de "creatividad" y su inflacionario uso en la pedagogía contemporánea, alguna que otra reflexión sobre los resultados electorales y una valoración sobre una crítica no muy benevolente y tampoco demasiado refinada de Contra Visconti, de esas que a uno le hacen pensar que es preferible seguir el principio de no hablar de un libro antes que hablar mal de él. Sobre todo de según qué maneras. Y han quedado en estado de borrador porque, además, el escaso tiempo libre lo está consumiendo un proyecto poético que va cobrando forma poco a poco. Así que mejor no alargarlo más. Cierro hasta septiembre esperando avanzar lo suficiente en su escritura como para reanudar el ritmo habitual en otoño. Buenas vacaciones a todos los que siguen estas entradas.

21 de junio de 2016

Microcríticas (3)


Una saga moscovita. Vasili Aksionov
Aunque los entreactos oníricos, salpicados de reencarnaciones y almas transmigradas, interrumpen el ritmo de esta "polifonía épica" más de lo que uno como lector desearía, el retrato de la ilustrada y burguesa familia Grádov y su atribulada vida bajo el estalinismo, desde el asesinato del Comisario del Pueblo para la Guerra Frunze hasta la campaña contra el "complot de los médicos judíos" poco antes de la muerte del tirano, recrea, con la eficacia de Guerra y paz que le sirve de modelo, la represión del régimen y su solidaridad con la idea bolchevique, de la que no sería una mera degradación sino más bien una consecuencia lógica. El contraste entre el mundo de los Grádov, un ambiente distinguido por la poesía, la medicina, Chopin, las rosas y la comprensión ante el sufrimiento ajeno y el universo del complejo Kremlin-Lubianka, caracterizado por el dogmatismo, la violencia, el resentimiento, el cemento y la brutalidad, pone a prueba el sedimento de comprensión para con la experiencia histórica del comunismo de muchos de nosotros.

14 de junio de 2016

Nuevas educaciones, progresismos y etnocentrismos

Los neorromańticos partidarios de las distintas "nuevas educaciones" acostumbran a ser multiculturalistas y relativistas. Políticamente, la mayoría de ellos se consideran progresistas y les suelen molestar las manifestaciones que consideran "etnocéntricas". No les falta razón en su actitud pero muchos lo son tanto como aquellos a los que critican. El otro día uno tuvo una muestra. Hablaba con un ferviente adicto a la retórica de la innovación educativa, y no menos ferviente seguidor de las tesis del heterogénero espacio CUP-Podemos, a propósito del modelo finlandés como referencia de la futura "nueva Catalunya". Cuando se me ocurrió señalar los resultados de Corea del Sur, comparables a los de Finlandia, y el interés que podrían tener los gestores educativos del futuro estado catalán en adaptar algunas de sus estrategias educativas, la respuesta fue concluyentemente etnocéntrica: "Los asiáticos trabajan demasiado, no saben vivir. Su modelo no nos sirve". Así, como suena...

No le recomendé este artículo porque de poco hubiera servido

"El estudio Alcanzándolo: Aprender de los mejores sistemas educativas en Asia oriental, del Instituto Grattan, se refiere a los altos niveles de equidad –en PISA 2009, la diferencia entre el 10% de los peores y el 10% de los mejores de Corea del Sur fue de 200 puntos respecto a los 241 de media de la UE–; a la alta participación –hace 30 años solo el 40% de los jóvenes surcoreanos (25-34 años) terminaba la secundaria, ahora lo hace el 98%, diez puntos por encima de la media de la OCDE–; y, a la eficiencia –Corea del Sur gasta menos por estudiante que otros sistemas educativos– (...)

El compañero de detrás le choca los cinco. Hay 30 pupitres, colocados en tres filas de dos. Me siento en uno, en última fila. Son 28 estudiantes. Este es uno de los elementos característicos de la enseñanza de Corea del Sur: una de las mayores ratios alumno-docente (30:1, respecto a la de 17:1 de media de la OCDE). Algunos estudios como el de McKinsey de 2010 sugieren que esto le permite a los surcoreanos emplear más fondos en otros aspectos educativos como el salario docente. La OCDE, en repetidas ocasiones, también ha manifestado su predilección por esta distribución de recursos, en clases mayores y profesores mejor atendidos.

Un par de clases más, mismo procedimiento. Tienen botellas de agua en todas sus mesas y el libro de texto –de papel–."

9 de junio de 2016

Microcríticas (2)


Las uvas de la ira. John Steinbeck.
No conozco mejor introducción a la dinámica de la lucha de clases bajo el capitalismo que esta novela. Ni tampoco esperanza menos dogmática y cruel, más lejana a la ingeniería social, más docta en el sentido de Bloch, que la compasiva firmeza de la Madre Joad.

6 de junio de 2016

Calentamiento global y comportamiento hiperbólico

Puede que entre el reduccionismo y la hipérbole se mueva el espacio de difusión público del saber. Y tal vez no sea sólo algo que suceda en la actualidad sino que se remonte a la historia misma del conocimiento humano. Lo propuesto por los chamanes, sacerdotes, sabios, filósofos, científicos, investigadores etc. sería, luego, devaluado o exagerado en el proceso de su difusión por los distintos estratos de intermediarios y, lo peor, una vez simplificado mediante cualquiera de estos dos mecanismos, convertido en dogma. Es lo que estaría ocurriendo con el carácter antropogénico del "calentamiento global" que una izquierda política que levanta la bandera del relativismo en prácticamente todos los campos de la acción humana, cada vez más lo sustrae del debate despreciando las actitudes prudentes. De hecho, la tentación de pedir perdón y ceder a la excusatio non petita accusatio manifesta ronda estas mismas palabras...

3 de junio de 2016

"Contra Visconti" en "Quimera"


Ayer, de camino a casa, al pasar por uno de los pocos y despoblados quioscos que quedan en el barrio, seguí la antigua costumbre de mirar en busca de las novedades de rigor. Es un hábito anterior a la era del silicio que hace muchos meses que no da más fruto que unos segundos de entretenimiento. Sin embargo, esta vez no fue baldío y monótono como tantas otras veces: en el estante superior del mostrador, cerca de Fotogramas y otra revista de cine cuyo nombre no recuerdo, se hallaba el número de junio de Quimera que, por Agustín Calvo Galán, sabía contenía la reseña que había escrito sobre Contra Visconti.

A finales de los ochenta uno era un consumidor ávido de la revista. La actualidad literaria me interesaba tanto como la política o la deportiva. Religiosamente, cada mes compraba el número y lo leía casi por completo: eran contadas las ocasiones en que prescindía de algún artículo. Críticas y orientaciones bien escritas y rigurosas y artículos por lo general interesantes y esclarecedores. Conocí muchas obras y autores gracias a la revista y abrigué la esperanza de que alguna de mis futuras novelas (hacía años que había abandonado la poesía) sería reseñada en ella. Pero no fue así, entre otras cosas porque no hubo tales novelas, sin ir más lejos. Durante los noventa dejé de leerla habitualmente. Fue la época de la distancia con la novedad y la certidumbre de que faltando tantos clásicos por leer y releer era mejor poner tierra de por medio con la inmediatez del mercado literario. Y sí, sería eso seguramente pero lo cierto es que cuando en otoño de 2002 se publicó Del Tercer Reich me pasé meses comprándola de nuevo y buscando esa reseña anhelada que no llegó.

Y ahora, casi quince años después, de forma inesperada, aparece Contra Visconti de la mano de Agustín Calvo Galán a quien tengo que agradecerle el tiempo dedicado, la perspicaz benevolencia de su lectura y que haya cumplido ese capricho ingenuo y juvenil.

P.S: Por cierto, el agradecimiento a Agustín va más allá. Gracias a unos comentarios suyos sobre una imagen se han desatascado un manojo de apuntes y versos sueltos que no conseguía enredar ni a tiros. Por vez primera desde hace unos cuantos años ando con un libro de poesía entre manos. Lento, como siempre, pero en marcha.